¿Cucharadita de su propia sopa? Ramos, cual dictador, impidió hablar a Allan Rodríguez

Ayer el Congreso tuvo otra escena vergonzosa, en medio de la crisis que vive el país por la fuga de veinte terroristas peligrosos. El presidente del Legislativo, Nery Ramos, se adjudicó poderes dictatoriales y le apagó el micrófono a Allan Rodríguez, quien a su vez había hecho lo mismo más de una vez cuando fue presidente del Congreso.

Redacción

La práctica es deleznable pero la instauró Allan Rodríguez, quien más de una vez silenció a la oposición mientras fue presidente del Congreso y representaba los intereses del entonces partido oficial. Ahora le tocó el turno y su voz fue silenciada por Nery Ramos, conocido popularmente como «presichonte», cuya vocación dictatorial es indiscutible.

En la reunión de jefes de bloque, Rodríguez increpó a Ramos, a quien molestó el tono confrontativo del legislador que reclamaba su derecho al uso de la palabra. La respuesta de Ramos fue lapidaria y probablemente habrá hecho recordar a Rodríguez sus tiempos en la presidencia del Congreso, cuando más de una vez le apagó el micrófono a los entonces opositores.

Muy sonado fue cuando Aldo Dávila trató de argumentar contra la ley que fiscalizaría a las ONG´s y de pronto, se encontró moviendo la boca sin emitir sonidos para el público porque Rodríguez le había apagado el micrófono, en febrero de 2020, cuando se discutió la infame moción del coronavirus (fondos que se diluyeron sin justificación ni rendición de cuentas).

Otro momento que precedió al incidente de ayer fue hace cuatro años, cuando Samuel Perez cuestionó la modificación a la Ley de Contrataciones del Estado y Rodríguez también lo silenció.

Ayer fue su turno y mientras le decía a Ramos: «aquí el showsero es usted con la mesa técnica. En esta mesa el único candidato a la presidencia es usted», el presidente del Legislativo le apagó el micrófono.

La práctica es inaceptable, ya que todos los diputados tienen derecho a expresar lo que consideren pertinente, en los términos que elijan y sin restricciones. Pero la inauguró Rodríguez, quien ayer fue silenciado tal como él hizo con otros en el pasado.