283 homicidios y 1,916 denuncias por extorsiones en agosto: pesadilla sin fin para los guatemaltecos
Datos de la Coalición por la Seguridad Ciudadana informan que en los últimos 12 meses, las denuncias por diferentes delitos alcanzaron el 19%. En 2024, el porcentaje era del 18.3%. Los delitos que más aumentaron fueron las denuncias por extorsión y los homicidios. Es vox pópuli que la mayoría de estos crímenes son cometidos por las «maras» y pese a ello, los diputados oficialistas se resistieron a que el Congreso las declarara organizaciones terroristas.
Redacción
Los datos no necesitan muchas explicaciones y en tema de violencia y delitos, los datos que organizaciones especializadas sistematizan en Guatemala, son dramáticos. Por ejemplo, entre enero y agosto de 2024, se denunciaron 7,554 casos de extorsión en 10 municipios, que representan el 43% de todas las denuncias por extorsión en el país. En el mismo período de 2025 y los mismos municipios las denuncias suman 7,869.
La extorsión pasó de 6.6% en 2019 a 15.7% y según el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), que elabora el Índice de Denuncias de Delitos (IDD), la extorsión pasó de 6.6% en 2019 a 15.7%.
La tasa de denuncias por extorsión subió de 25.9 por cien mil habitantes a 140 por cien mil habitantes, de 2009 a 2025. Esto ubica a Guatemala en un lugar vergonzoso a nivel mundial y evidencia que los ciudadanos de este país están a expensas de los grupos criminales conocidos como «maras».
Probablemente, el dato más alarmante del informe presentado hoy es que se estima una «cifra gris» (alude a delitos no denunciados), del 55.7%. Los que sufrieron delitos y no denunciaron, suelen desconfiar de las autoridades y piensan que denunciar «no sirve para nada».
Homicidios: un país cada vez más violento
La gráfica es elocuente. Cada mes de este año presenta más homicidios, en relación con el año anterior. Cuando se presentan cuadros tan dramáticos, sería de esperar algún tipo de medida drástica de las autoridades, lo que evidentemente no sucede y difícilmente sucederá.
Esto convierte a Guatemala en un país extremadamente violento, alejando la inversión extranjera y manteniendo un clima de terror y desconfianza entre los ciudadanos.
Dieciocho de las víctimas de homicidio en agosto, cuando fallecieron 283 guatemaltecos por ese delito, eran menores de edad. La pregunta para las autoridades es: ¿les preocupa la infancia?
