Guatemala, primero en corrupción y saqueo gubernamental, a la zaga en todo lo demás
Indigna y duele ver cómo una lluvia de fin de semana puede causar estragos en todo un país, dejando a personas sin hogar y carreteras bloqueadas por inundaciones y otros daños.
La respuesta gubernamental, desde el inicio de la temporada lluviosa, parece una broma de mal gusto: las autoridades del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), «monitorean» y «vigilan» 13 departamentos y 71 municipios (en la semana del 23 al 27 de junio 2025).
Monitoreos e informes realizados por burócratas que llevan vidas cómodas y seguramente mucho menos arriesgadas que las de los campesinos que pierden sus viviendas, suplen a las medidas que adoptan los países civilizados para evitar la saturación de suelos por lluvia, las cuales pueden ser muy básicas, de bajo costo y son más que todo preventivas.
Por ejemplo, mantener limpios los drenajes; no lanzar basura en la calle; reforestar áreas donde se producen las mayores saturaciones; colocar barreras de protección tan sencillas como sacos de arena en zonas propensas a inundaciones.
Estas medidas se realizan en países, donde un chaparrón no es sinónimo de tragedia. Países con mucho menos corrupción gubernamental que la que exhibe Guatemala.
Evidentemente, estas sencillas medidas preventivas (por ejemplo, multas significativas a quienes tiren basura en las calles o bosques), son una tarea titánica para la administración de Bernardo Arévalo, quien a estas horas seguramente ni siquiera sabe lo que viven los más humildes con sus viviendas destruidas. Mucho menos se preocupará por los comerciantes y agricultores, varados en carreteras inundadas y con deslaves.
A estas horas, el gobierno está mucho más preocupado en garantizarse un presupuesto obsceno y negociar con los «padres de la patria», temas de su interés político, como las elecciones del TSE, CC y MP.