La manipulación mediática de Semilla, un golpe inexistente
La disputa legal que actualmente se está dirimiendo en torno a las investigaciones realizadas por el Ministerio Público contra el partido Movimiento Semilla, ha dejado de ser una discusión entre abogados y constitucionalistas. El tema ya no es complicado, puede ser abordado y juzgado por cualquier ciudadano a píe y les diremos por qué.
Pues bien, hay indicios o mejor dicho pruebas de que los organizadores del partido en cuestión cometieron faltas graves a la hora de consignar datos de sus afiliados, como incluir personas fallecidas, nombres que no coinciden con los documentos de identificación y peor aún falsificación de firmas; bajo las condiciones en que los partidos se inscriben el error es posible, ejemplo que se consignen datos en forma incorrecta y más de una vez, sin embargo en el caso de este partido, que por cierto no es el único, las faltas fueron tantas, que deja entrever que hubo una tendencia maliciosa o mejor dicho mala fe. Pareciera que fue a propósito y solo se querían consignar números para llenar el requisito que se pedía de ley para que inmediatamente fueran inscritos y aprovechar la coyuntura electoral de 2019.
Esto se tiene que investigar sí o sí, y ¿por qué? Pues tan sencillo como esto: porque son delitos. A ver, pondré un ejemplo para que me entiendan. Una persona x comete un delito, supongamos un robo menor, ajá, y es procesado y condenado. Al final busca trabajo y no lo encuentra por sus antecedentes, se le ocurre falsificar una identificación con un nombre falso para obtener trabajo, logra conseguir uno y al cabo de un tiempo lo descubren y lo despiden, además de que lo denuncian penalmente. Estaremos de acuerdo en que no importan las razones por las que se incurrió en el delito, el punto es que sucedió y no fue una broma.
En este momento, el presidente electo y sus voceros nos están diciendo: “son más culpables quienes nos acusan y otros más, a quienes esos mismos no acusan (todavía)”.
Y no han hecho nada, absolutamente nada para desmentir las acusaciones. Peor aún, exigen que renuncien los funcionarios que se atrevieron a acusarlos, a ellos que están en la cima de la moralidad por ser de izquierda y llevar en sus venas la sangre de revolucionarios del calibre de Juan José Arévalo, Myrna Mack, Juan Alberto Fuentes Mohr y Alaide Foppa. Así o más descabellada puede ser la defensa.
Se están llevando a cabo investigaciones y recopilación de indicios para determinar la magnitud del delito, ¿de qué tienen que preocuparse los implicados si no hay delito que perseguir? Pues no, la exigencia va entorno a que no quieren ser investigados y ya, no tienen por qué ser cuestionados, si en realidad esto fuera una conspiración totalitaria no se necesitarían hacer investigaciones, si de todos modos se van a desmentir. Daniel Ortega, Nicolás Maduro y Miguel Diaz-Canel, quienes sí son dictadores y no necesitan shows para encarcelar y enjuiciar a sus detractores.
No hay golpe de estado en ciernes, no hay militares, policías o fiscales tomando las calles cerrando estaciones de televisión, radio y prensa, solamente vemos a la ley, como cosa rara haciendo su trabajo, pero finalmente es eso, su labor, no se están inventando leyes, se están respetando los procesos, se están brindando todas las garantías para que los acusados, inocentes hasta que se pruebe lo contrario, se puedan defender. Es más, la maquinaria de propaganda llamada periodismo independiente está trabajando a toda hora en todas las plataformas para imponer la narrativa sin mayores problemas,
El fantasma del golpe responde ahora a una manipulación execrable de la historia, recurren al enemigo de siempre, a las “fuerzas oscuras” y ellos se disponen como la luz, nada más alejado de la realidad. No se dejen engañar, se está desarrollando una manipulación mediática que hace creer que el MP ha tomado esto como algo personal o político, pero de ser así la resolución sería incluso más fácil porque no existiría sustento legal…el problema para estos políticos arribistas es que sí hay.