Narcoestado, Pam Bondi y la «promesa» de Sheinbaum
La reciente visita de Claudia Sheinbaum, presidente mexicana, fue presentada como un enorme logro del gobierno «primaveral» de Arévalo.
La presidente es sucesora de la «cuarta transformación» encabezada por López Obrador (AMLO), quien no se cansó de exigir a España disculpas por la «invasión» y cuya esposa e hijo están por mudarse al barrio más caro de España, La Moraleja, para que el hijo menor de AMLO, como cualquier «colonizado de élite que migra a la metrópoli», pueda estudiar en una universidad privilegiada del país al que durante su mandato consideró enemigo histórico y genocida.
Entre los proyectos más sonados de AMLO estuvo el «tren maya», que devastaó la selva mexicana, desplazó comunidades y resuló un sonoro fracaso comercial, además de la opacidad en su manejo. Pero sobre todo: el «tren maya» se abrió en una ruta codiciada y disputada por varios de los carteles más sanguinarios del narcotráfico mexicano.
Según la analista mexicana Dorre Ferrez Híjar «El Tren Maya se construyó con gasolina robada. El AIFA también.López Obrador endeudó a México para enriquecer a sus aliados criminales. Hoy, las megaobras de la 4T no son símbolo de desarrollo, sino evidencia del narcoestado.Y mientras Dos Bocas presume producir apenas 100 mil barriles diarios (alrededor de 16 millones de litros por semana), el gobierno compraba huachicol a los cárteles para sus obras emblemáticas”.
Casualmente, al mismo tiempo que los coqueteos para ceder territorio al cuestionado proyecto mexicano, Arévalo desalojó Perenco e inyectó millones a la mexicana Pemex, cuyo ex director Carlos Treviño fue apresado hace unos días en EE.UU por corrupción. ¿Será posible que el petróleo guatemalteco termine engordando a los proyectos de la 4T mexicana?
Todo es posible, si se toma en cuenta la relación de Arévalo con el Grupo de Puebla, constituido por gobernantes y partidos que van de la socialdemocracia al comunismo, pero todos unidos en torno a la Agenda 2030.
Los hechos comentados se produjeron horas después de que la fiscal general estadounidense, Pamela Bondi, afirmara que Guatemala, Honduras y México reciben fondos del narco dictador Nicolás Maduro para que los aviones con droga pasen sobre el espacio aéreo de estos países.
Aunque la versión de Bondi fue negada enfáticamente y los medios que sirven como apologistas de Arévalo aseguran que Bondi habla de «Morales y Giammattei», esta narrativa resulta cuando menos bizarra, por razones básicas:
- Morales y Giammattei no fueron santos, pero ambos eran anticomunistas y enemigos declarados de la narcodictadura de Maduro;
- Bondi es la funcionaria estadounidense que se encarga de la investigación penal en su país. Sería absurdo que lance acusaciones por hechos sucedidos años antes de tomar posesión, como funcionaria de Donald Trump.
- Arévalo, Xiomara Castro y la presidente mexicana tienen una distancia aparente con Maduro, empero los tres son afines no solo al Grupo de Puebla sino al más siniestro Foro de Sao Paulo.
En cualquier caso, son demasiados los indicios que apuntan contra Guatemala como un narco estado y es momento de que el gobierno le dé una explicación clara a los ciudadanos. Igualmente, el Congreso, la Corte de Constitucionalidad, el Ministerio Público y otros organismos competentes, están obligados a investigar exhaustivamente las declaraciones de Pam Bondi.
