La prevención en caso de terremotos debe replantearse
Cecilio Peláez
El reciente 8 de julio fue experiencia de varios sismos de magnitud considerable. Buen ejercicio y experiencia para aquellas personas nacidas después del 4/2/76.
Lo malo es que se evidenció la inutilidad, falta de previsión e imaginación de las autoridades responsables de prevenir desastres.
Todos ordenaron evacuar edificios, pero olvidaron decir que “evacuar edificio” no quiere decir: bajen al sótano y saquen sus carros. El desastre principió en los sótanos de parqueo, todos tratando de salir al mismo tiempo. Si hubiese sido terremoto similar o superior al del 76, los muertos en los sótanos se contarían por miles, dentro de los vehículos.
Los administradores de los edificios olvidaron instruir a los responsables del control de salida de los parqueos para que liberaran la salida sin ningún requisito previo. Hubo personas que recién habían ingresado al sótano tres de un edificio y, sin ascensores, los obligaron a subir por las gradas a pagar el parqueo (de cinco minutos) cuatro niveles arriba y esto sucedió en edificio de clínicas médicas, visitado mayoritariamente por personas con su salud afectada.
CONRED debe supervisar que la siguiente etapa a la evacuación, sea ubicarse en áreas que no estén sujetas a ser afectadas en caso el edificio u otros contiguos, se desplomen por el sismo. El carro que se espere, en todo caso, recogerlo, será una actividad posterior a salvar la vida.
Las autoridades también fallaron al no prever la ansiedad de los conductores por llegar a su casa, agravado por dos previsiones: los empleados de cada edificio, después de evacuados y ubicados en un área segura, deberán salir a la vía pública en vehículos siguiendo un orden establecido en los planes de CONRED en coordinación con EMETRA. La falta de este plan provocó un caos nunca visto, las calles y avenidas de la ciudad se atoraron por los cuatro costados durante más de cuatro horas, con muy poca o ninguna colaboración de las autoridades de tránsito que debieron apoyarse en drones propios y de la Defensa Nacional para resolver el inconveniente.
Dios quiso que el sismo más fuerte no ocasionara daños más severos, de lo contrario estaríamos llorando a muchos fallecidos por causa de la incapacidad de gobernar y coordinar la prevención de desastres.
Otros factores a considerar en terremotos
Cuando un terremoto afecta una localidad poblada, como sucedió el 4 de febrero de 1976, simultáneamente actúan sobre la vida cotidiana y la salud de los habitantes, varios factores a considerar:
1. La energía eléctrica desaparece por diversas causas.
2. La red de distribución de agua potable, con el desplazamiento de la tierra, se rompe en más de algún sitio, provocando falta de abastecimiento.
3. Regularmente, las fachadas de las casas se desprenden hacia el frente, provocando interrupción del tráfico.
4. Las redes de comunicaciones se saturan impidiendo el flujo de información de y hacia las autoridades y familiares.
Estos aspectos requieren que la autoridad prevea sistemas alternos para proveer energía a los hospitales, centros de salud, entidades de socorro, radioemisoras y centros de abastecimiento de alimentos.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército debe contar, en las ciudades con alto índice de densidad poblacional, un destacamento con el equipo adecuado y suficiente para extraer escombros sobre pavimento. Con anterioridad se deben identificar las principales vías de abastecimiento y evacuación para darles prioridad en el descombramiento.
Las brigadas responsables de mantener el abastecimiento de energía eléctrica y agua deben ser reunidas y organizadas con prioridad.
La primera responsabilidad de todas las instituciones es SALVAR VIDAS. Las primeras horas son cruciales para lograrlo, identificar plenamente fallecidos y evacuarlos a donde corresponde.
El gobierno debe establecer un puesto de control y coordinación donde se reúna información y se diseminen instrucciones claras y precisas.
Con el apoyo de PNC los vecinos deben organizarse para evitar el pillaje en sus barrios y colonias.
Desde siempre, el gobierno debe tener identificados los lugares para instalar hospitales de campaña, sitios adecuados para el aterrizaje de naves de ala fija y/o helicópteros, lugares para enterramiento de personas, botaderos de ripio, lugares de refugio, áreas para construcción de refugios y centros de abastecimiento de alimentos, abrigo y medicamentos.
Debe ser tarea de cada familia, identificar el sitio más seguro y cercano para ubicarse al abandonar la vivienda dejando cerradas las llaves del gas y agua potable así como los flipones abajo.