Guatemala recibe préstamo millonario
El anuncio de un nuevo préstamo por 400 millones de dólares del Banco Mundial, destinado a mejorar la infraestructura vial rural, expone una realidad incómoda: la baja ejecución y el abandono persistente en las regiones más necesitadas.
Redacción
Según lo informado, el proyecto busca rehabilitar 640 kilómetros de caminos en el Altiplano, las Verapaces y el Corredor Seco, beneficiando teóricamente a 5.1 millones de personas con mejor acceso a mercados, servicios de salud y educación.
Sin embargo, en un país donde apenas el 40 % de las vías están pavimentadas y los programas de mantenimiento vial apenas logran despegar, el optimismo oficial choca con años de rezago estructural.
Aunque el financiamiento incluye mecanismos de resiliencia ante desastres y mantenimiento a largo plazo, la experiencia muestra que los recursos no siempre se traducen en obras concretas. La ejecución de proyectos de infraestructura, especialmente en zonas rurales, ha sido históricamente baja, y las licitaciones tardías, los conflictos sociales y la débil planificación suelen frenar avances reales.
“Este proyecto fortalecerá la conexión entre regiones y contribuirá a dinamizar la economía local”, aseguró el ministro de Finanzas, Jonathan Menkos. No obstante, la falta de transparencia, los retrasos burocráticos y el subejercicio presupuestario del Estado siguen siendo barreras constantes.
A esto se suma el hecho de que el país acumula una creciente carga de deuda, con compromisos millonarios que en muchos casos no han significado mejoras palpables para la población, especialmente en áreas rurales donde las brechas de desarrollo son más profundas.
El préstamo del Banco Mundial es presentado por el gobierno como una oportunidad para transformar las condiciones de vida en territorios históricamente olvidados, pero la falta de ejecución efectiva, corre el riesgo de engrosar la larga lista de promesas incumplidas del gobierno actual.