González y Campo cometieron muchos delitos, asegura un testigo protegido del MP
Esta historia parece salida de una de esas series “atrapantes” que combinan poder político, justicia corrupta, narcotráfico y estructuras criminales. Sin embargo, la trama se origina en Guatemala y muchos de los actores, como el testigo protegido que también fue trabajador de la CICIG y es el narrador, existen. Entre ellos, la ex candidata Sandra Torres, la ex mandataria de CICIG Claudia González y el ex fiscal Stuardo Campo, a quien recientemente un juez negó la libertad condicional. Entretanto, González fue capturada hoy por investigar a una magistrada sin solicitar retiro de antejuicio y Juan Francisco Sandoval sumó otra orden de captura a las varias existentes en su contra, por el mismo caso.
Roxana Orantes Córdova
Nuestro protagonista (y narrador), quiso dar su nombre originalmente pero por el momento, debe permanecer en el anonimato ya que es testigo protegido en un caso judicial que se está resolviendo.
Baste decir que se trata de un ex fiscal que se ganó un lugar en la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG), por su buen desempeño en una investigación sobre narcotráfico y poco después de comenzar su colaboración con el ente investigador, se dio cuenta de que la CICIG había evitado judicializar el caso, aunque estaban obligados a hacerlo.
La investigación que llevó a este fiscal hasta la CICIG, ahondó en las actividades del ex alcalde de Ciudad Ayutla, Tecún Umán, Erick Salvador Zúñiga Rodríguez, alias el Pocho, quien falleció extraditado en EE.UU. en 2018.
El “Pocho”, quien además de alcalde era pastor evangélico y narcotraficante, fue uno de los financistas de la Unidad Nacional de la Esperanza en 2007, asegura el entrevistado, quien realizó la investigación original contra esa estructura. Sandra Torres y Álvaro Colom no dudaban en fotografiarse en su compañía, como se observa en la imagen, publicada por la prensa de la época.
El fiscal que investigó la red del Pocho fue contactado por la CICIG para que colaborara con ellos, pero muy poco después, supo que el criminal al que investigaba también había sobornado, no solo a la pareja presidencial 2008-12, sino que era protegido por personajes del MP como Thelma Aldana y Mayra Véliz, entonces secretaria del MP.
“Investigar correctamente causó mi desgracia”
Según narra el entrevistado, descubrir esa red de funcionarios judiciales vinculados al narcotráfico, le valió una implacable persecución judicial.
“Y esa fue la causa de nuestra desgracia. Todo se me destruyó». Los dos investigadores de CICIG que lo contactaron para trabajar con ese ente, estaban anuentes a declarar, pero no fueron citados y luego, por orden de Iván Velásquez, no pudieron hacerlo. Dichas declaraciones pudieron exculparlo.
Según recuerda:
“Entre el 1 y el 3 de julio de 2014, dos investigadores de CICIG, llamados Horacio Picardo (ecuatoriano) e Inés Castañeda (colombiano), llegaron a buscarme a mi residencia, para pedirme apoyo en las investigaciones con dos casos en Tecún Umán, San Marcos. Uno de estos casos era Corrupción y narcotráfico en frontera e implicaba a Zúñiga”.
La CICIG contactó a este investigador ofreciéndole apoyo “para limpiar mi nombre de acusaciones que me habían hecho en 2009. Así inició la relación laboral con la CICIG y mi aportación era única y exclusivamente aportar datos. En el camino, había encontrado que Aldana y Véliz protegían a Zúñiga”.
En el caso referido, Claudia González era la mandataria; Sandoval, Fiscal encargado y los investigadores, Picardo y Castañeda. El rumbo de la investigación de Corrupción y narcotráfico en la frontera, llevó a un nuevo caso: Sobornos de fiscales de Alto Mando de MP, asegura el ex fiscal.
Según recuerda: “en varias ocasiones escuché hablar a Juan Francisco Sandoval, asegurando que todo lo tenían bajo control y el Juez Contralor sería Miguel Ángel Gálvez o Ericka Aifán, ya que Carol Patricia Flores no era de su agrado. Como mandataria de CICIG, González abusaba de su poder en todos los procesos, pero siempre en contubernio con los jueces”.
En el transcurso de la investigación, al descubrirse la magnitud del poder que llegó a manejar el narcotraficante, al punto de sobornar fiscales, Thelma Aldana e Iván Velásquez ordenaron no judicializarlo, como era su obligación. “Hay pruebas contundentes”, afirma el entrevistado.
Esta fue la primera parte en el calvario de un investigador cuyo principal delito fue hacer su trabajo concienzudamente, creyendo en el imperio de la ley y en la honestidad de la investigación, sin saber que descubrir las interioridades de una red criminal significaría el fin de su carrera, además de la prisión y tortura por parte del ex fiscal Stuardo Campo.
Campo y González: implacables con los acusados (aunque la mayoría resultó inocente)
Stuardo Campo llegó al puesto con un nombramiento ilegal, según una querella que existe en su contra. Para muchos acusados por la CICIG, Campo fue un persecutor implacable que nunca tuvo compasión, al igual que González, como mandataria del organismo internacional.
Entre otros casos que evidencian la crueldad de González, resalta el del chiclero Ramiro Ajtún, a quien la mandataria acusó y logró condenar a la cárcel por recibir Q.200 en el caso llamado Migración y Corrupción, un monstruo jurídico lleno de ilegalidades, abusos y tortura contra los acusados.
El caso de Ajtún es particularmente duro, ya que ni siquiera era empleado del gobierno, sino un humilde chiclero a quien González quería condenar a 11 años. Finalmente, narra Igor Bitkov, quien también padeció en este caso, “Ramiro pasó cinco años en el Preventivo y se enfermó de tuberculosis. Fue absuelto, pero hasta el último momento, Claudia González se oponía a su libertad, pese a que estaba muriendo y tenía tres hijos menores”, escribió Bitkov en sus redes.
Torturado por Stuardo Campo
“El 4 de noviembre de 2015 por la mañana, me encontraba en el gimnasio Full Contact Studio, 2 calle 11 avenida zona 1. Me informaron que alguien me buscaba y resultó ser que dos personas de particular, además de un agente del MP, me informaron que tenían orden de captura en mi contra. Me subieron a un vehículo particular sin mostrarme ninguna orden y comenzaron a exigir que les entregara un maletín. En ese maletín yo tenía todos los documentos comprometedores para Aldana y otros fiscales”.
Ya en la prisión, en el Centro Preventivo de la zona 18, Anexo B, Stuardo Campo visitó al ex fiscal, quien le mencionó que apoyaba a CICIG en una investigación contra fiscales corruptos del MP, lo que podían corroborar Inés Castañeda y Horacio Picardo.
Poco después, fue trasladado a Mariscal Zavala, y hasta 2016 lo trasladaron a Asuntos Internos del MP, donde Stuardo Campo le indicó que tenía obligación de declarar lo que ellos le dijeran: “son órdenes de Thelma Aldana y Mayra Véliz”, recuerda que le dijo.
Campo pretendía que quien descubrió la trama, aceptara que era parte de una estructura criminal que “vendía información a narcos y corruptos, que yo era el segundo.al.mando y que Luis Enrique López Coronado era el Jefe; Carlos Antonio Cisneros Torres y Gladys Eugenia Del Cid Aguilar eran los facilitadores de información. Les dije que eso no era así, recuerdo que 2 días estuve allí desde las 9 de la mañana hasta las 12 de la noche”.
En esas sesiones de interrogación, pretendieron obligarlo a declarar que el investigador del caso Sobornos de fiscales de Alto Mando de MP derivaba información clasificada a López Coronado, quien a su vez, la vendía. Para lograr que declarara a conveniencia, el hoy testigo protegido del MP fue sometido a un largo proceso de tortura psicológica.
Actualmente, Campo está en prisión y no logró la libertad condicional que solicitara hace pocos días. Entretanto, Claudia González fue capturada hoy y una de sus primeras declaraciones fue: «¿Por qué no hacen primero investigación y después me detienen?…si solicitaron orden de aprehensión, el MP debe estar acá».
Según recordó Igor Bitkov en sus redes, “cuando estaba frente al juez y los sindicados le decían exactamente esa pregunta, ella se reía.