A pesar de sanciones y advertencias, maestros del STEG mantienen campamento
Ni las advertencias del gobierno ni las primeras sanciones han logrado disuadir al Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG). A pesar de que el Ministerio de Educación (Mineduc) ya impuso castigos a 300 docentes por ausentarse de las aulas, el plantón en la Plaza de la Constitución persiste, y todo parece depender de una sola figura: Joviel Acevedo, secretario general del sindicato.
Redacción
El ministro en funciones, Francisco Cabrera, confirmó este miércoles que se levantaron las primeras 300 actas administrativas contra maestros que acumularon inasistencias injustificadas. Estos docentes fueron sancionados con diez días sin goce de salario. Sin embargo, aún están en trámite más de siete mil procesos disciplinarios similares.
“El proceso avanza conforme a la normativa. Los docentes tienen derecho a presentar pruebas de descargo. Cuando no lo hacen o no justifican su ausencia, se procede con la sanción correspondiente”, explicó Cabrera.
Pero, más allá del procedimiento administrativo, la protesta en el centro de la capital continúa como si nada. El campamento instalado por el STEG frente al Palacio Nacional se mantiene en abierta ilegalidad, sin permisos municipales y con afectación al libre tránsito. Pese a ello, las autoridades no han tomado ninguna medida concreta para desalojar el lugar.
Mientras tanto, miles de niños siguen sin clases. Las escuelas afectadas acumulan más de 30 días sin actividad académica, lo que obligará a extender el ciclo escolar, especialmente en los primeros grados de primaria, considerados clave para la formación de habilidades fundamentales.
“Es en el primer ciclo donde más se sentirá el impacto. Ahí se desarrollan competencias esenciales como lectura, escritura y razonamiento lógico. En otros niveles, el daño es menor porque los estudiantes tienen más autonomía”, subrayó el ministro.
La inacción del Gobierno ha sido interpretada por varios sectores como una muestra de debilidad frente al pulso sindical. Hasta ahora, la estrategia oficial parece ser esperar una señal de Acevedo, quien ha reiterado que no cederá hasta que se resuelvan sus demandas relacionadas con el pacto colectivo.
Así, en medio de sanciones, aulas vacías y la persistencia de un campamento sin legalidad, la educación pública guatemalteca sigue estancada, atrapada en una disputa donde los más afectados siguen siendo los estudiantes.