Petro habla de verdad y perdón, pero elude crímenes del M-19
El presidente colombiano, Gustavo Petro pidió perdón a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, generando polémica al hablar de “responsabilidad del conflicto”. Lo que desató críticas en redes sociales por exigir verdad al Estado mientras evita condenar los crímenes del M-19. Su ambigua alusión a la “responsabilidad del conflicto” desató críticas: exige verdad al Estado, pero guarda silencio ante los crímenes del grupo al que perteneció.
Redacción
En la mañana del jueves 5 de junio, el presidente Gustavo Petro ofreció una disculpa pública a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó (Antioquia) durante un acto en la Casa de Nariño. En su intervención, el mandatario reconoció la responsabilidad del Estado colombiano por las violaciones a los derechos humanos cometidas contra esta comunidad, tras décadas de violencia, omisión e impunidad.
Sin embargo, su discurso generó polémica en redes sociales, especialmente por su mención a la “responsabilidad del conflicto”, que fue interpretada por muchos como una referencia velada a su pasado en el M-19, grupo guerrillero al que perteneció. La controversia creció ante el hecho de que Petro evita referirse a los crímenes cometidos por esa organización, como la toma del Palacio de Justicia en 1985.
¿Un cambio de tono?
“Hoy no solo vengo a pedir perdón… vengo a asumir la responsabilidad del Estado y del conflicto”, dijo el mandatario, dejando entrever una visión más amplia del daño causado durante la guerra.
Sin embargo, la falta de mención explícita al M-19, organización a la que perteneció, causó molestia entre ciudadanos y analistas, que recordaron cómo en otras ocasiones Petro ha evitado referirse a actos concretos cometidos por el movimiento, como la toma del Palacio de Justicia en 1985.
En redes sociales, el tema se volvió tendencia con etiquetas como #M19 y #Petro, y las críticas apuntaron a una constante en su discurso: exigir verdad y justicia para las víctimas del Estado, mientras guarda silencio o justifica el accionar de la guerrilla a la que perteneció.
El pasado que incomoda
El M-19 fue responsable de secuestros, asesinatos y actos simbólicos cargados de violencia. Entre ellos, la toma de la Embajada de República Dominicana (1980) y la del Palacio de Justicia, donde murieron más de 90 personas.
Aunque Petro asegura que su papel en el grupo fue político y no armado, ha evitado condenar públicamente esos crímenes, e incluso ha promovido homenajes a figuras del M-19, como Carlos Pizarro, sin una autocrítica clara.