¿Fraude de larga data? Las elecciones, desde 2011
Faltan horas para la segunda vuelta y la característica más evidente de la elección 2023 es la crisis de institucionalidad en el TSE. ¿Cómo llegamos a esto, luego de ser un país con elecciones ejemplares y un ente electoral honorable? Más que un fraude, lo que sucede en el TSE es un largo proceso de socavamiento que inició en 2011, cuando las autoridades abrieron las puertas a la injerencia extranjera en las elecciones nacionales y al parecer, nadie se dio cuenta.
Roxana Orantes Córdova
Hace unos momentos, se conoció que en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), renunciaron la gerente general, Migdalia Reyes; la directora de Finanzas, Amélida Pineda y el jefe de Presupuesto, Guillermo Hernández Cuevas.
Aparentemente, el pleno de magistrados les exigía pagar los Q3 millones del TREP o sistema de transmisión de resultados.
Finalmente, también hoy, el encargado de la Dirección General de Informática del TSE, Jorge Santos, fue citado a la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI).
Además del evidente descalabro administrativo, múltiples indicios de irregularidades acompañan el quehacer del ente electoral. Hoy, el magistrado Gabriel Aguilera dijo a los medios que no existe conflicto de intereses cuando un digitador también es afiliado a un partido, ya que “su única función es trasladar los datos de las actas al sistema que no puede ser modificado”.
Al parecer, a los magistrados tampoco les “hace bulla” que la mayor parte de organizaciones que integran la Misión de Observación Electoral (MOE) de Guatemala, sean fundadores e integrantes de Semilla, incluyendo a su ex vicepresidenciable y hoy diputado, Jonathan Menkos.
Sumado a ello, la presencia del colombiano Gustavo Villamil, de una ONG financiada por la ONU y el Centro Carter. Entre otros, Villamil asesora al TSE en “tabulación de resultados”.
El TSE en 2023: un ente sin respeto ni credibilidad
Actualmente, los magistrados del TSE son repudiados por un sector considerable de la población y su prestigio prácticamente es nulo. Los magistrados desobedecieron la orden de la Corte de Constitucionalidad (CC), que especificaba claramente la necesidad de recontar los votos “de ser necesario”.
La aparente indiferencia de la CC podría originarse en la obsecuencia de más de un magistrado al poderoso empresario que a todas luces avala a Semilla: Dionisio Gutiérrez, quien según rumores, ejerce mucha influencia sobre Roberto Molina Barreto.
Independientemente del motivo, el Registro de Ciudadanos del TSE tampoco acató la orden de un juez que retiró la personería jurídica a Semilla, señalado por miles de falsificaciones e incluso, la grotesca práctica de afiliar más de 10 fallecidos (hoy se mencionó que 18). El registrador titular tomó vacaciones y la suplente, Eleonora Castillo, eligió hacerse invisible con tal de no cumplir con anotar la cancelación de ese partido.
Una anécdota que raya en la parodia, es la supuesta denuncia de la magistrada Blanca Alfaro ante la embajada estadounidense, a donde acudió con Q50 mil que habría recibido de la pareja presidencial, Miguel Martínez. Lo rocambolesco de esta historia es que toda una magistrada haya elegido a la embajada de los Estados Unidos como tribunal o ente investigador, posicionando a la entidad que representa, el TSE, como una simple oficina al servicio de EE.UU.
Todo comenzó con Mc Farland y Villagrán
Stephen Mc Farland fue un embajador estadounidense con un interés exagerado por Guatemala. Durante su gestión se dio el fenómeno de un cuerpo diplomático empeñado en dirigir los destinos de este país y que actuaron como palancas para proyectos como la CICIG.
Entre otros, durante esa etapa inició la devaluación del TSE, que comenzó a alejarse de su papel como ente rector de las elecciones y poco a poco, llegó a ser esa especie de oficina de la “embajada” que es hoy.
En 2010, la presidente del TSE, María Eugenia Villagrán de Letona, el embajador estadounidense y la izquierdista Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), firmaron un convenio “para auditar el padrón electoral, apoyados por USAID”, informaron medios de la época.
Una fuente que elige el anonimato y estuvo presente en todos los últimos procesos electorales, conociendo desde dentro el TSE, recuerda que durante la gestión de Mc Farland, el estadounidense y otros varios embajadores tuvieron una participación activa en interioridades del proceso electoral.
A finales de junio de 2011, el Registro de Ciudadanos negó la inscripción a Sandra Torres, quien días antes se había divorciado para postularse. La presidente del TSE, María Eugenia Villagrán de Letona, denunció supuestas amenazas e incluso, una falsa alarma de bomba.
Como respaldo, Mc Farland y los embajadores de Suecia, Francia, Gran Bretaña y España, acudieron al TSE para demostrar su aval a los magistrados.
En la segunda vuelta de ese año se enfrentaron Otto Pérez Molina y Manuel Baldizón al igual que Sandra Torres, integrante de la élite petenera y con más de un vínculo oscuro, incluyendo su conocida relación con narcotraficantes.
Pese a sus nexos criminales, Baldizón era un líder populista que evidentemente, no fue del agrado de “la embajada” ni de la “comunidad internacional”.
Por el contrario, Pérez era conocido como “General de la Paz” y amigo del embajador, a lo que se sumó la oportuna presencia de Eugenia Villagrán en el TSE. Su esposo, el general Roberto Letona Hora, fue compañero de promoción y amigo entrañable de Otto Pérez Molina. Además, había sido agregado militar en Washington (1996).
La persona consultada para este artículo asegura que vio a Letona Hora entrar al TSE junto con su esposa, la presidente, lo que en ese momento le pareció inadecuado. Además, recuerda que los fiscales no tuvieron conexión con la base de datos del TSE, donde es posible modificar los datos. “Lo vieron en la pantalla grande a la que tenía acceso la prensa, pero sus computadoras no estuvieron conectadas con la base del TSE”, asegura.
Aunque muchas de las declaraciones del “sapo” Roberto Monzón no fueron debidamente investigadas, el delator del Partido Patriota dijo a la CICIG y el MP que en 2011 Letona Hora le había entregado “una computadora con datos del padrón electoral”.
Luego de su desempeño en el TSE, Villagrán fue nombrada Procuradora General de la Nación por el gobierno de Pérez Molina y finalmente, se exilió por “amenazas de muerte debido a que tuvo a su cargo casos de corrupción contra Otto Pérez”.
El outsider que surgió de un “despertar ciudadano» creado por los medios
Que el “despertar ciudadano” fue una construcción de la “embajada” y los medios informativos, es un hecho. Como muestra, la apatía ciudadana ante las elecciones, expresada en tres millones de abstencionistas este 2023.
Guatemala está muy lejos de ser un país politizado, ni siquiera podemos presumir de alguna cultura cívica. Muchos votantes no conocen el funcionamiento del Estado. El despertar fue un espejismo que sedujo momentáneamente a un sector capitalino de clase media.
Luego de que Otto Pérez se viera forzado a renunciar, poco después de negarse a prorrogar la permanencia de la CICIG, Guatemala tuvo como candidato al famoso “ousider” Jimmy Morales, de quien la fuente consultada recuerda:
“En esa elección se comenzaron a manipular las encuestas, a crear sentimientos a través de la información. Morales llegó a la política de la mano del general Quilo Ayuso y otros militares. Era prácticamente desconocido, pero en ese momento, la embajada necesitaba un outsider. Es un hecho verídico que los magistrados de ese momento se reunieron con Todd Robinson y hubo la consigna de NO a Baldizón”.
Morales llegó prácticamente sin bancada, pero con aval estadounidense. Pronto tuvo varios recomendados por la embajada en su gabinete. Varios de ellos, actualmente son de Semilla: Lucrecia Hernández y Juan Francisco Rivas, entre otros.
El outsider se salió de la influencia y terminó expulsando a la CICIG, lo que le valió que los “ministros de la embajada” renunciaran en grupo. Durante el gobierno de Morales, Robinson impuso varios proyectos de ley, entre ellas la Electoral y de Partidos Políticos, avalada por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Encuentro por Guatemala (EG, de Nineth Montenegro, muy afín a Dionisio Gutiérrez) y otros partidos.
Dicha ley modificó el proceso electoral de una forma muy destructiva para la ciudadanía. En vigencia en 2019, bajo esos postulados fue electo Alejandro Giammattei, el primero contra quien las acusaciones de fraude comenzaron a tomar forma.
Giammattei, saqueo desmedido y nula gestión gubernamental
El entrevistado para esta nota, explica que las reformas a la ley fueron casuísticas y confiscatorias. Entre otros, los medios no pueden pautar libremente con los partidos y el TSE se encarga de pagar los anuncios, a una fracción de su costo.
Por otra parte, la censura patente en la ley electoral vigente redunda en que la ciudadanía se aleja cada vez más del interés en el quehacer político. La indiferencia motivada por la falta de información quedó clara con los tres millones que no votaron en 2023.
La elección de 2019 fue cuestionada por presunto fraude, pero todo quedó en algunas manifestaciones frente al TSE, denuncias que terminaron con la captura del jefe de informática, todavía procesado y la resignación ciudadana, que luego de una campaña relámpago y sin información, aceptó que Giammattei era el “menos peor”.
La gestión de Giammattei fue desastrosa en varios aspectos, especialmente los presupuestos desfinanciados, el endeudamiento abusivo y el manejo de la «pandemia» que llevó a la miseria a miles de guatemaltecos, a los que prometió mil obras que ejecutaría con los préstamos y donativos de la «pandemia», lo que jamás llegó. Su gestión fue posible gracias a la complicidad del Congreso: la UNE, Valor y otros partidos, avalaron los despropósitos y el saqueo de Alejandro Giammattei, que hoy concluye una administración al mismo tiempo anodina y nefasta para Guatemala.
¿A dónde nos llevaron?
El entrevistado asegura que hubo cambios y maniobras en todos los sistemas de cómputo de las elecciones reseñadas en esta nota. “Se podría evitar si el TSE contratara a una empresa como fue IBM, de fama mundial y sólida. Es muy delicado y difícil de comprobar este tipo de manipulaciones, pero resulta extraño, por ejemplo, que este año resulte en el balotaje un candidato sin campaña nacional, que apenas logró una alcaldía pero a la vez 20 diputaciones”.
Se sabe que Torres ya ordenó a sus fiscales impugnar cada mesa, independientemente ella haya ganado o no. Esto, como una táctica que le permitiría impugnar el resultado final si no gana, informó el entrevistado, quien considera que el TSE debe replantearse urgentemente, no como un tribunal sino como un ente o instituto electoral con el único propósito de organizar y garantizar las elecciones.
«Creo que habrá muy alto abstencionismo. Si vota poca gente, se incrementarán las posibilidades de Torres. El mayor riesgo para ella es que voten muchos capitalinos, lo que abonaría a favor de Semilla, que no tiene presencia en el interior. Esto, si se respeta la voluntad de los votantes y no se hacen travesuras”, concluye.