Aliados internacionales de Pacheco: OEA, UE y ONU intentan blindar a su “amigo”
La reciente declaración de Luis Almagro, secretario general de la OEA, lamentando la captura de Luis Pacheco, no es solo un pronunciamiento diplomático: es una defensa personal. “Amigo y líder”, lo llama. Se conocieron en el contexto del llamado “octubre negro” de 2023, cuando Pacheco lideró bloqueos ilegales, intimidó a comerciantes y promovió el cierre forzado de negocios por más de 30 días. Almagro no solo fue testigo, sino defensor de esa agenda.
Redacción
Al igual que el presidente Bernardo Arévalo, Almagro respaldó entonces –y ahora nuevamente– a grupos señalados de haber recibido financiamiento extranjero para mantener un paro nacional que afectó derechos constitucionales. Lo que se presenta como “resistencia ciudadana” fue en realidad una campaña coordinada para presionar políticamente desde la calle, fuera de la legalidad y del orden institucional.

ONU y UE salen en defensa de Pacheco
Ahora, la defensa de Pacheco suma voces internacionales. Además de Almagrro, Volker Turk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, calificó como “muy preocupante” la detención del funcionario en su cuenta de X y señaló que se trata de un “uso indebido del derecho penal” para perseguir a líderes indígenas.
Esta declaración se suma a la estrategia de presión internacional que busca condicionar la acción judicial en Guatemala, presentando a los acusados como víctimas, pese a la gravedad de los cargos que enfrentan.
A este coro de aliados internacionales se sumó la Unión Europea, que expresó estar “profundamente preocupada” por la detención del viceministro Luis Pacheco y la emisión de órdenes de captura contra otros exlíderes de los 48 Cantones.
En un comunicado oficial, la portavoz de la diplomacia europea instó al poder judicial y al Ministerio Público a “respetar el debido proceso” y a evitar el uso político del sistema legal. No obstante, el llamado de la UE parece ignorar los antecedentes de violencia y coacción protagonizados por los acusados durante el llamado “octubre negro”.
Injerencia y presión política
La defensa de Pacheco, detenido por su presunta participación en actos ilícitos durante aquellas jornadas, parece más una excusa para socavar al sistema de justicia que una genuina preocupación por los derechos humanos. La narrativa de “persecución política” que se intenta posicionar, ignora deliberadamente los hechos: amenazas, coerción, obstrucción de vías, daños económicos y violencia psicológica contra sectores productivos que no se alinearon con la protesta.
Desde el Ejecutivo, el secretario de Comunicación Social, Santiago Palomo, reconoció que el caso está bajo reserva judicial, pero aun así informó que el presidente Arévalo instruyó a la Procuraduría General de la Nación (PGN) analizar las actuaciones recientes del Ministerio Público. Esta medida ha generado inquietud jurídica, pues podría interpretarse como una forma de interferencia indebida en un proceso penal en curso.
Palomo fue más allá y calificó las acciones del MP como un “ataque a la ciudadanía y a los pueblos indígenas organizados”, exigiendo el fin de las “persecuciones selectivas y detenciones injustas”. Una declaración que, lejos de llamar al respeto del debido proceso, parece alentar una visión maniquea de la justicia: si son aliados políticos, no pueden ser investigados.
En su propia declaración, el presidente Arévalo llamó a “cerrar filas” e instó al Congreso a detener lo que calificó como una “persecución desmedida”. Sin embargo, este tipo de llamados desde el poder político hacia órganos independientes sienta un precedente delicado, en el que los intereses ideológicos y las afinidades personales buscan imponerse sobre el principio de legalidad.
La justicia no puede quedar atrapada entre narrativas emocionales ni relaciones personales. Si Pacheco debe responder ante la ley, debe hacerlo con todas las garantías procesales, pero sin blindajes diplomáticos ni escudos presidenciales. De lo contrario, el mensaje es claro: en Guatemala, la ley aplica solo a los que no tienen amigos poderosos