Arévalo, montado en el tren de la deforestación y saqueo
El gobierno de Guatemala anunció que «el tren maya va con fuerza», anuncia la agencia del régimen cubano Prensa Latina, reseñando la conferencia que Santiago Palomo dio esta mañana.
En «fase de estudios técnicos para que no afecte el patrimonio», es muy probable (y deseable), que el proyecto quede en el papel, como todos los anteriores que anunció Arévalo.
Desear el fracaso del «Tren Maya» en Guatemala no significa estar contra el desarrollo nacional sino todo lo contrario. Está más que documentado el enorme daño ecológico que provocó el proyecto de López Obrador. En México, el «Tren Maya» significó enormes daños a la biosfera y enriquecimiento para AMLO, su familia y cómplices.
Lejos de ser ejemplo de desarrollo, el tren es una advertencia del enorme daño al entorno, incluyendo sacrificio de fauna y flora protegidas, pero además un saqueo descarado de recursos madereros y arqueológicos.
Guatemala no necesita un tren maya, muchos menos si como anunció Sheinbaum, a este descalabro se agregará la injerencia del régimen mexicano en los puertos. Guatemala necesita libertad sin restricciones para el comercio, reducción de impuestos, mejora en la seguridad y reglas claras.
Resulta terrorífica la alegría que expresa la agencia de la tiranía cubana al reseñar el anuncio de Palomo sobre las intenciones de impulsar la deforestación y saqueo. La expectativa es que la abulia del gobierno sea más grande que sus malas intenciones y como el famoso metro y el hospital contra el cáncer, el tren maya termine siendo una de las mil promesas fallidas de Arévalo.