Arévalo y Herrera ¿intento de «sacar la pata»?
Bernardo Arévalo y Karin Herrera asistieron juntos a la inauguración del SINAPRESE, sistema de seguridad para la semana Santa, en un aparente intento de desmentir los rumores sobre una supuesta discrepancia que fue evidente cuando Arévalo exigió que Herrera se bajara el sueldo y ella dijo a los medios: «amigos no somos». Esto, al retorno de la CELAC, donde el guatemalteco se posicionó como aliado de Petro, Sheinbaum, el tirano Díaz-Canel y otros mandatarios reconocidos como opuestos a la administración estadounidense actual.
Roxana Orantes Córdova
Titulares como «Nueva polémica», «Arévalo obligaría a Karin Herrera a rebajarse el salario» y «Ruptura Arévalo-Herrera», precedieron el viaje de Arévalo a Honduras, donde aprobó la Declaración de Tegucigalpa y festejó a Gustavo Petro por su nombramiento al frente de la CELAC.
Entretanto, Herrera permaneció en el país y la cumbre dominada por la izquierda regional sustituyó al tema de la rebaja salarial, que seguramente se diluirá entre nuevas noticias. Mientras Arévalo visitaba a sus homólogos y pactaba con Claudia Sheinbaum la ampliación del cuestionado Tren Maya hacia Guatemala, Herrera debió lidiar con las manifestaciones del magisterio encabezado por Joviel Acevedo, quien volvió a dar una demostración de fuerza sacando a miles de docentes (algunos hablan de 90 mil), para exigir la renovación del Pacto Colectivo.
La última renegociación del pacto fue en marzo 2022 y les representó a los manifestantes un bono de Q2 mil 500 en junio, a partir de 2022 y un reajuste salarial de 3% en 2023.
La demostración de fuerza de Acevedo y sus huestes, que incluso golpearon a los periodistas Marvin del Cid y Sonny Figueroa, fue interpretada por algunos como descontento con el actual gobierno y motivaron rumores de un intento por defenestrar a Arévalo. Incluso se buscó la simpatía de Herrera en redes, para avalar el supuesto movimiento contra el mandatario que entretanto, disfrutaba un tour en el universo de la izquierda globalista.
Las aguas comenzaron a aclararse luego de que Santiago Palomo, vocero del gobierno, apareciera en público, con autoridades del Ministerio de Educación, explicando que el pacto se está negociando «para dignificar al magisterio, la educación y los niños». Según Palomo, «ataques de desinformación» circularon en redes y expresó que el gobierno «no se niega a avanzar en la discusión del pacto».
Por su parte, Joviel y sus sindicalistas se retiraron de la capital como hacen aproximadamente cada tres años, cuando los pactos deben renegociarse.
Arévalo regresó de Tegucigalpa aparentemente muy seguro y convencido de que su acercamiento a los satélites del BRICS no afectará para nada su relación con el gobierno de Trump, aunque eso está por verse.
En cualquier caso, retornó listo para apagar cualquier conato de fuego, y su primera acción fue presentarse en compañía de Herrera, con lo que parece difuminar la aparente disputa entre ambos.