¿Ha gobernado la izquierda en Guatemala? Claro que sí (final)
Por Julio Abdel Aziz Valdez
Intenté describir, de forma muy condensada, la historia política reciente de Guatemala, para aclarar a quienes hoy afirman que la “izquierda al fin puede gobernar”, que en realidad están equivocados. Antes de puntualizar en los últimos dos referentes, me permitiré reafirmar un hecho, no solo para Guatemala sino para todo el mundo occidental.
No hay una izquierda, hay izquierdas; no hay derecha, hay derechas. Esto parece una obviedad, pero lo plantearé de esta manera: dentro de 20 años, cuando veamos lo que sucede ahora, será necesario que los historiadores confirmen que, además del partido Semilla, en estas elecciones participaron otros cuatro partidos de izquierda, que hasta el momento no han expresado su apoyo institucional a Semilla, aun cuando sus militantes ya tomaron una decisión con respecto a su voto.
Hay dos gobiernos que se podría afirmar que se ubicaron más a la izquierda que todos los demás en este periodo de la historia que inicia en 1985. El gobierno de Alfonso Portillo, entre 2000 al 2004 y luego el de Álvaro Colom, del 2008 al 2012.
En el primer caso, vuelve la narrativa impuesta por intelectuales orgánicos, que plantea que Portillo llegó con el partido Frente Republicano Guatemalteco o FRG, dirigido por el Efraín Ríos Montt, entonces general retirado a quien acusaban de genocida, si bien como ya se planteó anteriormente, esta conclusión partía de una definición inexacta: todos los que combatieron a la ex guerrilla eran de derecha. Por lo mismo, la DCG fue señalada de ser funcional al Ejército, cuando esto no sucedió.
El FRG aglutinó a políticos de muchas tendencias ideológicas. Es más, hubo una cercana a Portillo que era definida como de izquierda (los portillistas). Es obvio que al escoger a Portillo como candidato, pesaron sus argumentos y su historial como dirigente estudiantil, democristiano y académico cercano al marxismo. Esto lo hizo merecedor de acusaciones y enfrentamientos con lo que Portillo denominaba oligarquía. Es más, por primera vez en la historia, se organizaron manifestaciones contra los centros de poder de la clase económica en la ciudad.
Luego de un gobierno intrascendente, es elegido Álvaro Colom, quien se asume socialdemócrata sin ambages, y esa fue la guía de su gobierno. No dudó en acusar a los gobernantes militares de los setenta de criminales y genocidas e implantar una visión multiculturalista como lo definió la ONU, ciudadanía étnica.
Estos dos gobiernos fueron expresiones de izquierda política. De eso no debería caber la menor duda, pero el problema conceptual surge cuando estos terminaron su gestión en medio de escándalos de corrupción. Al parece, esto provocaba una disonancia con la pretendida superioridad moral que asume cierto tipo de izquierda romántica, especialmente la académica.
Por eso, les parecía fácil afirmar que Portillo y Colom eran “más derecha que izquierda”, con lo que dejaban la puerta abierta para que un día surgiera el mesías esperado. Y esto sucedió en el Registro de Ciudadanos en 2018, cuando se legalizó el partido Movimiento para la Liberación de los Pueblos o MLP, expresión partidaria de CODECA, una organización de extrema izquierda acusada de actos ilícitos para financiar su funcionamiento. MLP-CODECA plantea la reconfiguración política de la nación. Aceptar a un partido antidemocrático, más cercano al fascismo del siglo pasado que a la izquierda “demócrata”, es una señal de la madurez del sistema democrático.
En su debut en el 2019, lograron ubicarse en el cuarto lugar, un presagio para las próximas elecciones. Sin embargo, por su falta de sentido común dejaron ir la oportunidad en 2023 y desaparecieron estrepitosamente.
Conclusión, ha habido expresiones de izquierda en el poder, y Semilla es la nueva ungida por el voto para optar de nuevo al poder. Me gustaría decir que basta ver lo que sucedió antes para saber que esperar, pero creo que estamos frente a otra corriente, más cercanos a los nuevos tiempos, por lo que se presume que habrá sorpresas en un hipotético gobierno liderado por Bernardo Arévalo.