Arévalo ve complot, mientras su viceministra admite escalada de violencia
Mientras la violencia se intensifica en el país, el presidente Bernardo Arévalo insiste en respaldar al ministro de Gobernación y sugiere que la crisis podría ser parte de un intento de desestabilización. Sin embargo, la propia viceministra de Seguridad, Claudia Palencia admitió el incremento de muertes violentas y las pugnas entre pandillas. ¿A quién le creemos?
Redacción
Arévalo parece minimizar el problema y plantea la posibilidad de un trasfondo político en la crisis de seguridad. Al mismo tiempo, las pandillas no han dejado de operar, las disputas territoriales siguen sin control y la incertidumbre crece entre la población.
Aunque el gobierno insiste en investigaciones y seguimientos, pero las muertes aumentan. La estrategia de seguridad sigue sin mostrar resultados contundentes, y la población, una vez más, queda atrapada en una espiral de violencia que parece no tener fin.
Pese a las declaraciones de Arévalo, la propia viceministra de Gobernación en una entrevista radial indicó que el incremento de homicidios es evidente y que la población percibe una mayor sensación de inseguridad. A pesar de que los asesinatos están vinculados en su mayoría a estructuras criminales, Palencia reconoció que los crímenes ocurren en plena vía pública, lo que profundiza la incertidumbre.
Masacres y violencia
El pasado fin de semana, varios hechos de sangre conmocionaron al país. En carretera al Atlántico, una mujer fue asesinada. Mientras que, en Boca del Monte, Villa Canales, cinco personas fueron ejecutadas. Palencia vinculó estos crímenes a la eterna disputa entre el Barrio 18 y la Mara Salvatrucha. En particular, detalló que la mujer ultimada en la ruta al Atlántico era pareja de Andy Santana, alias «El Spuky», líder de la clica «Crazy Rich».
La funcionaria calificó este crimen como inusual y advirtió que podría desatar una ola de venganzas dentro de las pandillas, extendiendo la violencia durante los próximos tres meses.
El clima de inseguridad no se limita a las pandillas. En San Manuel Chaparrón, Jalapa, un tiroteo en medio de un jaripeo dejó dos muertos y varios heridos. Aunque Palencia aseguró que este incidente no está relacionado con pandillas, reconoció que la combinación de armas y alcohol genera escenarios mortales.