Bukele y Gutiérrez: «el Pollo Campero es salvadoreño»
Durante el Encuentro empresarial de padres e hijos, realizado en El Salvador, el empresario Juan José Gutiérrez aseguró que Nayib Bukele ya resolvió en su país los problemas que aquejan a Guatemala y «no nos dejan producir a nosotros en Guatemala y Honduras». El discurso del líder del CMI, motivó diversidad de reacciones, algunas tan bizarras como salvadoreños pidiendo «invadir Guatemala» y otras, en defensa del gobierno chapín, tan fuera de la realidad como las anteriores. El elemento clave que no mencionó fue el aval que el CACIF dio a Bernardo Arévalo en noviembre de 2023.
Roxana Orantes Córdova
El diálogo entre Bukele, sentado bajo el retrato del «santo de la izquierda», monseñor Romero, y el empresario de la Corporación Multi Inversiones (CMI), por momentos pareció alucinante. Inicialmente, el salvadoreño expuso con sorna «pero el Pollo Campero es salvadoreño», a lo que Gutiérrez respondió que dicha cadena de comida rápida se fundó en Guatemala en 1971 y meses después, se inauguró en El Salvador.
«Pero si usted quiere, cambiamos la narrativa», afirmó Gutiérrez, para agregar que El Salvador ya resolvió todos los problemas que no le permiten a su grupo «producir en Guatemala», debido al dominante discurso izquierdista en el gobierno. Es obligatorio recordar el papel del empresariado guatemalteco en la entronización del gobierno actual, que tomó posesión en una elección bastante cuestionada pero defendida por los empresarios organizados, quienes argumentaron la necesidad de resguardar «la democracia», pese a que en aquellos momentos, grupos vandálicos paralizaron todas las carreteras con tácticas extorsivas y de terror similares a las temidas maras de El Salvador, aunque argumentando «defender la democracia».
El cambio drástico de discurso, que posiciona a Gutiérrez y Bukele hacia la derecha, también contrasta con la vocación ecologista de CMI, que promueve la producción de energía solar, a la que se destinan grandes porciones de tierra cultivable y ha sido fatal para la agricultura en la Unión Europea (UE) y es parte fundamental de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como Agenda 2030.
«Ojalá no hubiera fronteras», reflexionó el empresario, dando a entender que las fronteras entre ambos países obstaculizan sus proyectos de inversión. Esta afirmación también es bastante coherente con la Agenda 2030.
Realidad y sueños de expansión en redes
Pese al desastre de gobierno actual, que el CACIF ayudó a tomar posesión, Guatemala sigue siendo «la mayor economía de América Central en términos de población (estimada en 17,6 millones en 2023) y actividad económica (con un producto interno bruto -PIB- de US$ 104,4 mil millones en 2023)».
En 2023, el Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador fue de 34.02 mil millones de dólares estadounidenses en 2023, según datos oficiales del Banco Mundial. El valor del PIB de El Salvador representa el 0.03 por ciento de la economía mundial.
Con 108,888 km² y poco más de 17 millones de habitantes, Guatemala es un país pequeño pero por mucho, bastante mayor en extensión y habitantes que El Salvador, con sus 6.3 millones habitantes y 21,041 km² de extensión.
En Guatemala viven 20.683 salvadoreños, y en aquel país residen 9.036 guatemaltecos, según la página Datosmacro. Es evidente la disparidad entre ambos países, lo que convierte en más rocambolesca la reacción de varios salvadoreños, quienes en redes expresaron el anhelo de «invadir Guatemala», promoviendo xenofobia y división.
De la estéril disputa emanada de las declaraciones que pronunció Gutiérrez, queda patente que más de algún salvadoreño sueña con expandir el régimen de Bukele hacia la región y extrañamente, la posición tiene respaldo de algunos «derechistas», que sin duda son enemigos de la izquierda a la que hace poco representaba Bukele, la misma que aplaude los ODS, pero también sin duda, no valoran la libertad individual sin restricciones, un ideal de la derecha.
Ya se menciona que Bukele promueve un partido en Guatemala, donde la crisis institucional es tan grave que probablementee el Tribunal Supremo Electoral (TSE), no reparará (o cerrará los ojos), ante un gobernante extranjero que pretenda posicionar a un partido.
En cualquier caso, el diálogo que comenzó de forma alucinante, cuando el famoso empresario ofreció ¿en broma? que «podemos cambiar la narrativa», parece ser la punta del iceberg de las intenciones que grupos mercantilistas y políticos que oscilan de izquierdas a derechas tienen para Guatemala, la cual con la depauperación de la institucionalidad, bien podría ser presa de estas intenciones.
Aunque el cumplimiento de dicho plan representara el aparente fin de la delincuencia, con miles (en este caso serían millones), de encarcelados, y además, una aplanadora oficial ataviada como militar de opereta.
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