Demagogia marca el inicio del ciclo escolar
La imagen de Arévalo sirviendo alimentos contrasta con una realidad que sigue siendo un desafío constante: la calidad educativa en el país no mejora, y las carencias estructurales son más visibles que nunca.
Redacción
El inicio del ciclo escolar 2025 estuvo marcado por la visita del presidente Bernardo Arévalo a la Escuela Oficial Rural Mixta La Paz, en San Benito, Petén. Allí, rodeado de estudiantes, el mandatario pronunció un discurso lleno de promesas y su compromiso de repartir «comida caliente» como una de las iniciativas de su gobierno para este año.
Para el año 2025, el presupuesto asignado al Ministerio de Educación (Mineduc) se ha fijado en Q25,530 millones, un incremento significativo en comparación con los años anteriores. Sin embargo, el hecho de que los planes del Mineduc no estén acompañadas de mejoras sustanciales en la calidad de la enseñanza deja en evidencia las deficiencias del sistema educativo.
Mientras el gobierno sigue presentando medidas superficiales como la distribución de comida y libros de texto (11 millones de ejemplares) corren el riesgo de convertirse en medidas populistas, si no se resuelven los problemas más estructurales del sistema educativo.
La promesa de mejorar la educación se diluye cuando se enfrenta con la falta de resolución de los problemas fundamentales. La creciente brecha educativa no se soluciona con meriendas ni donaciones, sino con una reestructuración profunda del sistema, que aún sigue postergada.
A esto se suma el conflicto no resuelto con el sindicato de maestros, liderado por Jovel Acevedo, que agrava aún más la situación
El compromiso de garantizar una alimentación digna para los estudiantes es un reto que requiere de esfuerzos logísticos y recursos millonarios. Sin embargo, la situación varía enormemente dependiendo de la región. En San Benito, la puesta en escena mostró una imagen de inclusión y oportunidades, pero en muchas otras áreas del país, la realidad es muy diferente.
Además, la infraestructura escolar sigue siendo un obstáculo significativo: aulas deterioradas, falta de agua potable y condiciones sanitarias precarias son el día a día de miles de estudiantes guatemaltecos.
La verdadera reforma educativa debe empezar por reconocer y solucionar las brechas existentes, tanto en infraestructura como en la calidad de la enseñanza.