Arévalo minimiza encuesta desfavorable
Arévalo intenta minimizar el impacto de una encuesta que deja en evidencia la percepción de los guatemaltecos sobre el bajo desempeño de su gobierno, pero al final termina admitiendo lo que intentaba negar: que la calificación del Ejecutivo es baja.
Redacción
Consultado sobre los resultados de la última encuesta de CID Gallup, Arévalo intentó restarle importancia, asegurando que su gobierno tiene “sus propios métodos” para medir la aprobación y sugiriendo que se consulten otras encuestas. No obstante, terminó admitiendo que la baja puntuación corresponde al trabajo del Ejecutivo.
Primero, desestima la encuesta con el argumento de que su gobierno tiene “sus propios métodos” (¿autoevaluación a la medida?), luego sugiere que la percepción ha mejorado sin pruebas claras y, por último, se refugia en la supuesta aprobación de su imagen personal, como si eso compensara una gestión deficiente.
Si los números fueran favorables, seguramente los estaría promoviendo con entusiasmo. Pero cuando no lo son, la respuesta es un discurso ambiguo y la recomendación de consultar a otra encuestadora. ¿Transparencia o conveniencia?
Encuesta de CID Gallup
La prestigiosa encuestadora CID Gallup presentó los resultados de su más reciente sondeo realizado en enero de 2025, evaluando la aprobación de los presidentes de América Latina. Nayib Bukele, presidente de El Salvador, lidera la lista con un contundente 83% de respaldo, mientras que Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, ocupa la octava posición con apenas 39 puntos, situándose por debajo del nicaragüense Daniel Ortega.
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CID Gallup, reconocido por su rigor metodológico y prestigio internacional, muestra en su estudio la percepción ciudadana sobre el desempeño de sus mandatarios. Bukele encabeza la lista con una aprobación abrumadora, atribuida a sus políticas de seguridad y desarrollo económico.
En contraste, Arévalo enfrenta una caída considerable en la confianza de la población, quedando relegado a una posición desfavorable incluso frente a Ortega, cuya gestión ha sido ampliamente cuestionada a nivel internacional.
Los analistas apuntan a múltiples factores que han afectado su imagen, como los conflictos en el Congreso, la crisis del transporte y la falta de avances en promesas de campaña. Mientras tanto, sus seguidores atribuyen la caída en las encuestas a una oposición política que ha complicado la ejecución de sus planes.