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Inés Ayau

Inés Ayau

Libertad para celebrar

22 de diciembre de 2024/en Opinión/por Inés Ayau

Igumeni Madre Inés Ayau

El instinto más fuerte de nuestra naturaleza humana es la libertad que es limitada. Un derecho inviolable que nos reconocen y reconocemos al respetar la libertad del otro.

Y ¿para qué? Para desarrollar mejor nuestro ingenio, nuestra inventiva, nuestros proyectos, artes, estudios, ciencias, espiritualidad, producción, ventas y compras, todas las posibilidades de las que es capaz el ser humano. Y para comprometerla voluntariamente que es el acto más libre.

Pero la libertad no viene sola. La acompañan y se apoya en otras verdades: responsabilidad y respeto del otro. Nada de abusos o aprovechamientos o robos del más listo.

Por ello hay frases famosas interesantes: “mi libertad termina donde empieza tu nariz”, “El respeto al derecho ajeno es la paz”, “El precio de la libertad es la eterna vigilancia”, etc.

Tristemente a lo largo de la historia antigua y reciente vemos en muchos lugares que algunos, escogidos o impuestos se parecen al buey y a la mula del nacimiento. El abuso de los que controlan a los abusadores es la peor pandemia de la sociedad. Esos abusadores legales de la libertad ajena causan estragos. Seguro son los bueyes y mulas del nacimiento.

Ahora que nos acercamos a la celebración de la Natividad de Cristo recordemos que para ser libres nos liberó Cristo, para aceptar una amistad con Él. Voluntariamente nace en una cueva para recordarnos nuestro origen; la Virgen María que libremente aceptó recibirlo y darlo a luz y educarlo y lo arropó y acompañó con su familia, para que comprendamos la importancia de la familia; la mula con grandes orejas para oír y el buey con grandes ojos para ver, ven y oyen y a saber que entienden, tal vez simbolizan a esos Romanos y Judíos, o a nosotros, pero a pesar de ellos, están calentando al Bebé Niño Dios en esa noche fría Iluminada por estrellas; y los pastores que ven al Rey del universo nacido y escuchan el canto de los Ángeles, lo adoran. Así nosotros, libremente acojamos al Niño Dios y adorémoslo y comprometamos nuestra libertad para vivir en una civilización, la cristiana, siendo libres, con gente libre.

Etiquetas: espiritualidad, libertad, religión
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