La economía de Alemania iniciará 2025 marcada por la crisis automotriz
Por corresponsales de dpa
Recortes de empleo en la industria automovilística, cierres en la industria química, desplome del sector minorista: la economía alemana presenta últimamente malas noticias.
En algunos sectores, sin embargo, los economistas esperan una ligera recuperación, debido a que los consumidores tienen más dinero en el bolsillo por la subida de los salarios y la disminución de los salarios.
¿Cuál es la situación de los sectores clave de cara a 2025?
Automotrices en crisis
Con 770.000 empleados, la automotriz es la industria clave de Alemania y, con diferencia, la de mayor facturación. Sin embargo, se encuentra sumida actualmente en una crisis debido a la debilidad de la demanda, ante todo de coches eléctricos, y la nueva competencia de China.
Volkswagen, el mayor fabricante europeo de automóviles, está a la cabeza, con la amenaza de recortes salariales, cierres de fábricas y pérdidas de puestos de trabajo. También Ford suprimirá 2.900 empleos en Alemania de aquí a finales de 2027.
El proveedor Bosch anunció recientemente la supresión de hasta 3.800 puestos de trabajo, ZF entre 11.000 y 14.000 y Continental más de 7.000 en todo el mundo. En Michelin van a cerrar dos fábricas de neumáticos en Alemania, y Mercedes quiere reducir costes por varios miles de millones de euros en los próximos años.
La demanda de coches nuevos nunca se ha recuperado del todo de la caída del coronavirus de 2020. Para 2024, la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA) prevé 2,8 millones de matriculaciones de coches nuevos, alrededor de una cuarta parte menos que en 2019.
Es poco probable que el año 2025 sea mucho mejor. Tras la victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos, los nuevos aranceles podrían dificultar los negocios en el mercado extranjero más importante de la industria automovilística alemana.
«El mercado europeo es esencialmente un mercado saturado», afirma Stefan Bratzel, experto del sector, «probablemente se mantendrá en este nivel durante los próximos diez años».
Comercio minorista con bajo crecimiento
Muchos alemanes ahorran, a pesar del aumento de los salarios y la desaceleración de la inflación. Esto está ralentizando el sector minorista. La Asociación Alemana del Comercio Minorista ya ha rebajado sus previsiones para 2024 y solo espera un crecimiento nominal de las ventas del 1,3 % en comparación con el año anterior.
El experto en consumo Rolf Bürkl espera un repunte como muy pronto en el segundo semestre de 2025. «Un factor que debería reducir la incertidumbre y proporcionar a los consumidores una mayor seguridad de planificación es la aprobación del presupuesto para 2025, ya que entonces los consumidores sabrán también qué pueden esperar en términos de cargas y desgravaciones fiscales».
Sin embargo, las próximas elecciones lo retrasarán hasta entrado el nuevo año.
Lento despegue de la aviación
En casi ningún otro lugar de Europa el tráfico aéreo evoluciona tan lentamente como en Alemania: apenas se sitúa en el 84 % de su nivel anterior a la pandemia de coronavirus. El tráfico aéreo nacional se ha reducido casi a la mitad y las aerolíneas de bajo coste, como Ryanair, están dejando de lado el mercado alemán.
El sector culpa a la fuerte subida de las tasas gubernamentales por el control de tráfico aéreo y pasajeros. En la compañía alemana Lufthansa pesan además los elevados costes de personal, la burocracia y una flota anticuada.
Química deprimida
La alicaída industria química también tiene dificultades para despegar. Muchos clientes industriales han reducido su producción, lo que está deprimiendo la demanda de productos químicos. La Asociación Alemana de la Industria Química (VCI) prevé un crecimiento de la producción de solo el 2 % en 2024, con un descenso probable de la facturación del 2 %.
BASF, líder del sector, ha puesto en marcha programas de reducción de costes que implican la supresión de miles de puestos de trabajo y reducción de dividendos, sin descartar el cierre de plantas en su sede principal de Ludwigshafen.
La industria química, de gran consumo energético, sufre las consecuencias del aumento de los precios de la energía. Según la VCI, la producción cayó un 11 % en 2023. Sin embargo, la industria química vivió muchos años buenos antes de la reciente crisis y el declive parte de una base elevada.
El empleo del sector se mantiene estable en torno a las 480.000 personas en Alemania, creciendo en algunas empresas farmacéuticas. Varias empresas extranjeras han anunciado inversiones multimillonarias en Alemania, entre ellas la estadounidense Eli Lilly y el gigante farmacéutico francés Sanofi.
La construcción depende del coste del crédito
A pesar de la gran demanda de viviendas, el sector de la construcción está en crisis. Antaño pilar de la economía durante el ‘boom’ inmobiliario, el sector de la construcción, con unos 900.000 empleados, se ha convertido en un problema. La rápida subida de los precios de la construcción y el aumento de los tipos de interés de los préstamos han hecho que se frenen los proyectos de construcción.
Una vez más, es probable que el Gobierno alemán no alcance su objetivo de construir 400.000 nuevas viviendas al año. El nivel actual de permisos de construcción corresponde solo a unas 200.000 viviendas nuevas al año, afirma el economista Sebastian Dullien, del Instituto de Macroeconomía e Investigación del Ciclo Económico.
Sin embargo, con la baja de los tipos de interés del Banco Central Europeo, que ya generó un descenso de las tasas para la construcción, la situación para el sector de la construcción vuelve a ser más halagüeña de cara a finales de 2025.
Acero en caída y chips con esperanzas
La industria siderúrgica también se enfrenta a una profunda reorganización de varios miles de millones de euros para lograr la neutralidad climática. A ello se suman la debilidad de la economía y las importaciones baratas de Asia. Los costes energéticos altos y los productos rivales de China, subvencionados, amenazan a las empresas.
En el mayor fabricante de acero de Alemania, Thyssenkrupp Steel, se espera que los puestos de trabajo caigan del nivel actual de unos 27.000 a unos 16.000 dentro de seis años. En comparación, a finales de 2023 había unas 80.000 personas trabajando en el sector.
El fabricantes de chips estadounidense Intel anunció en septiembre que debido a pérdidas multimillonarias aplazaría la construcción de la que sería la mayor inversión extranjera en Alemania: 30.000 millones de euros para varias nuevas plantas de producción en Magdeburgo, que el Gobierno iba a subvencionar con 10.000 millones.
Sin embargo, la expansión de la industria de chips en Alemania avanza. El fabricante taiwanés de chips TSMC comenzó a construir una nueva fábrica en Dresde. Trump se opone a las subvenciones a la industria de chips en Estados Unidos y al mismo tiempo quiere introducir aranceles. La esperanza es que ambas medidas puedan tener un impacto positivo en los planes de Intel en Alemania.