Muere Milán Kundera, crítico implacable del comunismo
Ayer murió en París Milan Kundera, cuyos libros lograron describir con precisión toda la incongruencia del sistema comunista, mezclando humor y poesía como pocos autores lo han hecho. Kundera fallece a los 94 años en París. Y aunque prefería ser conocido como literato más que como autor político, la lectura de sus libros cambió muchas mentalidades en el siglo XX.
Redacción
Los libros de Kundera develaron los absurdos y contradicciones del régimen comunista con elegancia, sentido del humor y datos puntuales convertidos en novelas que con su peculiar estilo, fueron un gran aporte a la literatura universal de mediados del siglo XX.
Su obra emblema, La Broma, fue apodada “Biblia de la contrarrevolución” y no por gusto. La Broma se publicó en Praga en 1967 y días después se agotó la primera edición, con 120 mil ejemplares vendidos en pocos días.
La pérdida del sentido del humor en un país comunista, que por otra parte se aferra a tradiciones folclóricas que con el tiempo se caricaturizan por sí solas, es el hilo conductor de ese libro, censurado por el gobierno comunista de Checoslovaquia y que se lee de un tirón, característica en la narrativa de Kundera.
Poco después de la publicación, el gobierno checo prohibió La Broma y Kundera se mudó a Francia en 1975. En ese país produjo una vasta obra novelística muy variada pero que tiene como constante la tragicomedia de las vidas individuales y su nexo con “el gran espectáculo de la política”.
A Kundera se le conoce mucho por La insoportable levedad del ser, novela gigante cuya versión cinematográfica se quedó muy corta, porque es imposible trasladar las palabras a la pantalla y en Kundera, el mayor valor fue la palabra.
Sin embargo, más allá de esta obra y de la inmortal “Biblia de la contrarrevolución”, el escritor produjo por lo menos 15 libros, entre novelas, cuentos y ensayos.
Música, amor, humor y…política
No es posible leer a Kundera y evitar risas, sonrisas y hasta carcajadas, por el manejo del humor que mezcla en cada una de sus narraciones. El hombre enfrentado en su drama individual, que muchas veces es alcanzado por situaciones ridículas es la esencia de la tragicomedia presente en la narrativa del autor, que en determinado momento eligió escribir en francés en lugar de su lengua natal, ya que había vivido mucho tiempo en Francia.
Además del humor, la música es permanente referencia en la producción literaria de Milan Kundera, cuyo padre fue un conocido musicólogo y pianista. Su vida privada fue uno de sus mayores tesoros, y Kundera siempre evadió asistir a eventos, dar entrevistas y ser personaje público. Su última entrevista fue en 1985 y la concedió porque la periodista era hija de un músico al que él admiraba.
Ayer murió a los 94 años, hermético y celoso guardián de su vida personal, pero universalmente conocido por sus historias, que influenciaron a muchos de sus lectores en todo el mundo y develaron detalles íntimos sobre la vida en los países comunistas.