Dos perspectivas sobre la Ley de Competencia
Dos posiciones contrapuestas sobre la Ley de Competencia: Sonia Gutiérrez, de Winaq, considera que se trata de “un control necesario a los grandes empresarios”: Entretanto, el constitucionalista Fernando Linares Beltranena, asegura que se trata de “un control inquisitorio” que creará más burocracia estatal.
Redacción
La nueva Ley de Competencia, recientemente aprobada por el Congreso y pendiente de entrar en vigencia, tiene fortalezas y debilidades, según analistas consultados, quienes dan a conocer diferentes puntos de vista acerca de su contenido e implementación.
El Congreso aprobó el Decreto 32 – 2024, Ley de Competencia. Entre los matices, dicha norma elimina el establecimiento injustificado de precios. Asimismo, propone promover y defender la libre competencia, pero como nada es perfecto al ver la letra pequeña también tiene sus matices obscuros con sanciones y reglamentaciones que podrían afectar a las empresas pequeñas o nacientes.
Esta ley había estado entre las acciones que la Unión Europea le pedía al Partido de gobierno, para mantener el apoyo hacia esta agrupación política luego de los diversos cuestionamientos que se dieron sobre la legalidad del pasado proceso electoral y los discursos retóricos y cargados de divisionismo que Bernardo Arévalo expuso durante su gira por varios países europeos al inicio de su gestión.
pero la falta de acuerdos detuvo una primera propuesta. Y luego de un nuevo dictamen de la Comisión de Economía y cambios sustanciales al borrador original, la iniciativa consiguió el respaldo de un buen número de bloques.
Esta ley cuenta con 121 artículos. Entre ellos, la creación de la Superintendencia de Competencia, que será la entidad a cargo de velar porque la norma se cumpla, investigar y sancionar las malas prácticas de mercado.
Ley de Competencia, control necesario, según Winaq
Para la diputada Sonia Gutiérrez Raguay, de Winaq, esta ley representa un control que califica de “necesario” hacia los grandes empresarios en la búsqueda de la equidad para los emprendimientos, ya sea pequeños o nacientes. Sin embargo, la parlamentaria también señala el tema de los subsidios y apoyos estatales como necesarios pues para ella no hay problema en que las empresas co-dependan del estado
Exigencia de la UE, de corte socialista
Para el constitucionalista Fernando Linares Beltranena, esta normativa más que un apoyo al crecimiento y expansión empresarial plantea un control inquisitorio que terminaría por dividir las empresas grandes ya existentes en nuestro país, aparte de crear una nueva superintendencia que considera “innecesaria” y que representaría un foco grande de corrupción en el estado.
A decir del jurista, esta normativa ha estado tan apoyada por la Unión Europea (UE), por más de dos décadas, porque la mayoría de los países que conforman esta instancia son de corte socialista-comunista, que lejos de estar interesados en el crecimiento de las empresas, apuestan más por la división y el subsidio para las mismas, típico pensamiento socialista dependiente.
Señala que es el crecimiento empresarial el que da las señales para enriquecer la libre y sana competencia y que con esta ley se pretende instaurar un molde que limite el crecimiento empresarial la generación de empleos y de riqueza para el pueblo guatemalteco. Pues la historia da cuenta de que las naciones con mayor crecimiento empresarial y libertad de mercado son las que generan mayor desarrollo y riqueza para sus habitantes.