Nueva ley aeroportuaria: Arévalo sigue prometiendo mientras los problemas persisten
Han pasado 10 meses desde que Bernardo Arévalo asumió la presidencia, y su discurso parece anclado en las promesas de campaña. Durante su participación en el IATA Aviation Day, el mandatario anunció que en diciembre tendrá el borrador de una nueva ley aeroportuaria, sin que hasta ahora haya resultados concretos en la crisis de infraestructura vial, portuaria y aérea que afecta al país.
Redacción
Arévalo aseguró que buscan separar las funciones regulatorias de las operativas en el sector aeroportuario, argumentando que esto allanará el camino para una modernización del Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA), un proyecto con un atraso de al menos 25 años, según reconoció.
Sin embargo, su propuesta de “dejar las bases” para un futuro gobierno suena más a un intento de esquivar la responsabilidad de abordar los problemas estructurales que su administración debería estar enfrentando.
Promesas sin acción
Aunque el presidente menciona el respaldo de organismos como el Banco Mundial y la OEA, los avances parecen quedarse en mesas de trabajo.
Por si fuera poco, esta estrategia contrasta con el panorama general de las obras públicas. Las carreteras siguen siendo intransitables, los puertos enfrentan una obsolescencia crítica, y no se ha trazado un plan claro para garantizar un sistema de transporte eficiente, que es clave para la competitividad económica.
Una narrativa agotada
Arévalo se escuda en un discurso de largo plazo, reconociendo que no verá culminada ninguna licitación o construcción durante su mandato, pero ¿qué está haciendo su gobierno en el corto plazo? Si bien la visión estratégica es importante, los ciudadanos y sectores afectados necesitan respuestas inmediatas.
El presidente parece más preocupado por “trazar la ruta” que por caminarla. En un país donde las necesidades aumentan, las promesas de transformación sin concretas resultan cada vez más difíciles de justificar. Guatemala necesita liderazgo con resultados, no discursos llenos de buenas intenciones.