“Diálogo Abierto” de Arévalo: un montaje que esquivó las voces críticas
En el “Diálogo Abierto” celebrado en la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), el mandatario Bernardo Arévalo mostró una imagen de apertura. Pese a ello, los participantes señalaron que se limitaron las preguntas y los organizadores evitaron cualquier crítica real, evidenciando una estrategia de control absoluto.
Redacción
Durante el “Diálogo Abierto”, el gobierno intentó proyectar una imagen de cercanía y apertura con los jóvenes. Sin embargo, lo que se vendió como un espacio de diálogo y escucha activa resultó, según testimonios y material gráfico de fuentes confiables, en un montaje premeditado que dejó fuera toda posibilidad de cuestionamientos genuinos.
A pesar de las expectativas de muchos asistentes que veían el evento como una oportunidad para expresar sus inquietudes directamente al mandatario, el formato real de la actividad reflejó un escenario de control total sobre las intervenciones.
Según participantes al evento, solo se permitieron preguntas previamente acordadas y ensayadas, dejando fuera cualquier voz crítica o tema incómodo para el gobierno. Este filtro deliberado muestra un claro contraste con la narrativa de un gobierno dispuesto a escuchar y, en cambio, evidencia una manipulación calculada para proyectar una falsa imagen de apertura.
Las denuncias de los estudiantes ponen en tela de juicio las intenciones detrás de este tipo de eventos y apuntan a una preocupante desconexión entre el discurso oficial y las prácticas reales.
La situación plantea interrogantes sobre el compromiso del gobierno con la libertad de expresión y la inclusión de la juventud en el diálogo nacional, pues el acto se convierte en una fachada más que en una conversación auténtica.