«Hay cuatro idiotas en el Congreso»…¿Robinson quiere negociar con ellos?
Los medios de comunicación informaron sobre la visita de Todd Robinson a Guatemala. El ex embajador estadounidense, muy controversial durante su gestión, habría visitado Guatemala para presionar a los diputados en la elección de cortes, tal como en su momento lo hizo para promover un paquete de reformas constitucionales que fue considerado absurdo por más de un constitucionalistas.
Redacción
Con actitud de procónsul romano, Robinson se paseaba por el Congreso, entre Thelma Aldana e Iván Velásquez. Al parecer, el gobierno de la «nueva primavera» le abrió nuevamente las puertas a ese funcionario estadounidense que más de una vez lanzó comentarios peyorativos sobre Guatemala, los guatemaltecos y sus funcionarios.
La versión oficial es que visita al país como subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL), entidad que parece más interesada en incidir en el sector justicia que en acciones conjuntas para la lucha contra el narcotráfico. Por ejemplo, en 2021, INL se reunió con la magistrada Delia Dávila en una actividad que se desarrolló «para apoyar al Organismo Judicial, especialmente a los Juzgados Pluripersonales de Ejecución Penal de la República de Guatemala».
Lo anterior, publicado en la página del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala (IECCPG), institución que es parte de Alianza por Reformas y cedió un espacio para la sede del Movimiento Semilla, actualmente suspendido, el cual de esta forma, comparte el edificio con una entidad cuyos analistas Luis Ramírez y Alejandro Morales son consultores locales de INL. El IECCPG tiene entre sus proyectos la Alianza por Reformas, financiada por la UE y la cooperación española.
Más que evidente es la injerencia estadounidense en varios ámbitos nacionales: política, activismo y justicia. Ahora Robinson, sobre quien pesa más de un terrible señalamiento, vuelve a visitar Guatemala, en el contexto de una elección de magistrados bastante irregular, aparentemente para terminar lo que «cuatro idiotas» sin temor a perder la visa no le permitieron hace unos años: cooptar la justicia y modificar la Constitución.