Presupuesto de Q148,500 millones para 2025: Riesgo de ineficiencia y corrupción
La propuesta del Presupuesto General de la Nación 2025 de Q148,500 millones, se perfila como la más grande en la historia de Guatemala. Sin embargo, la simple escala del presupuesto no garantiza una mejora en los servicios, lo que puede derivar en ineficiencias y corrupción.
Redacción
El ministro de Finanzas, Jonathan Menkos presentó al Congreso de la República el proyecto del Presupuesto General de la Nación 2025 que asciende a Q148,500 millones. Este monto, que representa un incremento significativo respecto al año anterior, ha generado preocupación en diversos sectores debido al riesgo de superar el techo presupuestario y las implicaciones fiscales que esto podría conllevar.
A pesar de la magnitud del presupuesto, el gobierno de Semilla no ha logrado demostrar una gestión eficiente en el manejo de los recursos actuales. Diversos analistas y sectores han advertido que, sin una mejora en la eficiencia de la ejecución presupuestaria, este incremento podría llevar a un mayor endeudamiento y a desafíos fiscales a largo plazo, comprometiendo la estabilidad económica del país.
Con este presupuesto, el gobierno busca aumentar su capacidad para atender las necesidades de la población, pero la magnitud del incremento plantea dudas sobre su sostenibilidad y viabilidad. Además, los escasos resultados del Ejecutivo hacen dudar sobre la capacidad para ejecutar los fondos solicitados.
Este año, la ejecución presupuestaria del gobierno de Bernardo Arévalo no ha alcanzado ni el 50%, lo que evidencia una grave ineficiencia administrativa. En lugar de corregir esta deficiencia, el gobierno ha solicitado una ampliación presupuestaria de Q14,500 millones para los últimos cuatro meses del año, elevando el presupuesto total a una cifra sin precedentes que supera los Q130,000 millones.
La propuesta de Menkos, que representa el 15.8% del Producto Interno Bruto (PIB), ha sido objeto de críticas por parte de diversos sectores que señalan que este incremento podría poner en riesgo la estabilidad económica del país.
La baja eficiencia en la ejecución presupuestaria actual añade una capa adicional de incertidumbre, ya que la aprobación de este presupuesto sin garantías claras de ejecución efectiva podría derivar en un mayor endeudamiento y en desafíos fiscales a largo plazo, comprometiendo el bienestar económico de Guatemala.