Burla
Con 110 votos muy controversiales, el gobierno logró su mayor anhelo en este primer año de gestión: amplió en poco más de Q14,500 millones el presupuesto 2024, ya de por sí elevado y pese a que esta es la hora en que no se terminó de ejecutar el presupuesto original. Sumado a lo anterior, garantizó mayor endeudamiento para los guatemaltecos, al colocar en el mercado US$1,400 en bonos del Tesoro.
El Minfin debe presentar al Congreso el proyecto de Presupuesto General de la Nación 2025 «a más tardar el 2 de septiembre». El 31 de diciembre concluye el período de ejecución del presupuesto 2024. Esto significa que los ministerios y otras dependencias deberán ir contra reloj para ejecutar sus fondos, ya que «los saldos de efectivo que permanecieren en las cajas de las dependencias del Estado al treinta y uno de diciembre de cada año y que no correspondieran a obligaciones pendientes de pago a esa fecha, deben ser reintegrados a la Tesorería Nacional«, dice la Ley Orgánica y reglamento del Presupuesto.
Mientras el gobierno, dispone de fondos muy considerables, Guatemala se hunde en el total deterioro y no existe un servicio público que no se encuentre en crisis. Comenzando por la creciente inseguridad, evidenciada en los reportes diarios de informativos y redes sociales, al desastre de infraestructura, que se ejemplifica en el tramo Palín-Escuintla pero abarca toda la red vial.
El increíblemente alto presupuesto no se traduce en obras tangibles y cuando el ministro Félix Alvarado exhibe alguna, parece una burla macabra. Por ejemplo, el remozamiento de aulas en una escuela del interior, donde se construyeron dos bodegas prefabricadas que según el vídeo que presumió el funcionario en sus redes, no parecen aptas para la función pedagógica. Especialmente, si se toma en cuenta que quien ejecuta esa obra es el gobierno más rico en la historia de Guatemala.
Y esta es la mayor burla a los guatemaltecos: con recursos ilimitados, la ejecución no solo es casi nula, sino cuando la realizan, es menos que mediocre, como las dos aulas-bodega y el ya famoso tramo carretero.
La inflación es inminente y la incapacidad de gestión gubernamental está muy clara. Un detalle que suma sarcasmo a la situación es la declaración de Arévalo hace un año, cuando aseguró que el presupuesto de Q124 mil 879 millones era «un bolsón de corrupción».
Ahora, cualquier cantidad de dinero parece exigua para el baile de los millones que ejecutan el grupo independiente del Congreso y sus recientes aliados, entre los que brillan varios diputados impresentables y resaltan algunos de Vamos, partido que propuso los primeros incrementos estrafalarios en el gobierno anterior, que promovió el endeudamiento sin preocuparse de las consecuencias.
Actualmente, hay tres acciones de amparo interpuestas ante la Corte de Constitucionalidad (CC), por la diputada Sandra Jovel, la Fundación Contra el Terrorismo y el partido Vamos.
Pese a que existe la esperanza de que un fallo de la CC pudiera frenar el saqueo que representa la ampliación, el gobierno izquierdista cuenta con demasiados recursos que podrían impulsar sus planes políticos, entre otros, «aceitar» la elección de cortes a su favor y cambiar leyes a su antojo, ya que en Guatemala se evidencia hoy más que nunca el refrán que dice: «con dinero baila el mono».