Hezbolá afirma que su jefe militar se encontraba en el edificio atacado por Israel en Beirut
El partido-milicia chií libanés Hezbolá ha confirmado este miércoles que su jefe militar, Fuad Sukr, se encontraba en el edificio que fue atacado el martes por las fuerzas israelíes en el sur de Beirut, la capital del país, donde murieron cuatro personas, al menos dos de ellas menores de edad.
Por dpa
«El enemigo sionista lanzó ayer martes un ataque contra los suburbios del sur de Beirut (…) durante el cual alcanzó un edificio residencial. Fuad Shukr (…) estaba en el edificio en aquel momento», ha indicado Hezbolá en un comunicado, en el que ha matizado que los equipos de emergencias llevan desde entonces trabajando para retirar los escombros y conocer el alcance real del ataque, que ha dejado además más de 80 heridos.
«Seguimos esperando el resultado para que se tomen las medidas necesarias», ha aseverado el grupo, según informaciones recogidas por la cadena de televisión Al Manar, afín a Hezbolá. Los cuatro fallecidos son civiles libaneses que se encontraba en el edificio de Haret Hreik en el momento del impacto.
Informaciones recabadas por medios libaneses apuntan a que el ataque fue llevado a cabo por un avión israelí que lanzó tres misiles contra un edificio cercano al hospital Bahman, presuntamente con el objetivo de matar al jefe militar de Hezbolá, que ha considerado la agresión una «violación de las leyes internacionales».
Sin embargo, el propio Ejército israelí indicó el martes que había matado a Shukr en un ataque «selectivo» llevado a cabo contra un «cuartel del grupo» en el sur de la capital libanesa.
Estados Unidos ofreció en 2017 cinco millones de dólares por información sobre el paradero de Shukr, a quien identifica como un alto comandante de Hezbolá que forma parte del Consejo de la Yihad, el órgano más importante de la milicia y encargado de coordinar sus actividades militares.
Washington asegura que Shukr fue un miembro clave de Hezbolá en la planificación de los atentados perpetrados en 1983 en Beirut contra una base militar estadounidense en los que murieron 241 militares, así como 58 ciudadanos franceses y seis civiles.