Arévalo el hedonista y los evasivos 14 millones: del fuego a la lluvia, cualquier pretexto es bueno
Recién en abril, el Congreso rechazó un estado de calamidad decretado por el Ejecutivo. En aquel momento, el argumento eran los incendios que según aseguró Arévalo, fueron “provocados para dañar al gobierno”.
Jamás se investigó ninguno de los fuegos supuestamente provocados, y si así hubiera sido, los responsables quedaron impunes, porque las copiosas lluvias de la temporada apagaron los sueños de los pirómanos enemigos del gobierno.
Luego de la primera derrota, porque los fogarones “se apagaron con la lluvia”, según dijo el propio gobernante, la administración de la “nueva primavera” insistió con imponer la calamidad por decreto, argumentando que el huracán Beryl provocaría desastres incalculables. Sin embargo, el meteoro se alejó 526 kilómetros de Guatemala, eliminando el pretexto para el estado de calamidad.
Cuando se lo propone, Arévalo es persistente y por su experiencia como legislador durante cuatro años, sabe perfectamente que los estados de calamidad “florecieron” en el gobierno de Giammattei, donde fueron una sustancial fuente para el saqueo encabezado por el ex gobernante y su pareja «Miguelito».
Hoy, los guatemaltecos se levantaron con la sorpresa de que Arévalo y los titulares de las carteras relacionadas publicaron el decreto para aprobar el estado de calamidad en el diario oficial.
Omitir esta publicación fue lo que argumentaron los diputados para no aprobar el decreto en abril, cuando esta omisión fue tachada como “error de kínder” por el diputado Orlando Blanco.
Es vox pópuli que el objetivo de aquel decreto era disponer de US$14 millones para comprar insumos sin control, con pretexto de combatir los incendios.
Con el huracán a más de 500 kilómetros, las lluvias de temporada son el motivo idóneo, en un país donde la infraestructura deficiente lleva décadas de total descuido y la corrupción de consecutivas administraciones muestra sus estragos cada invierno.
Al parecer, Arévalo “va con todo” para que el gobierno disponga de ese fondo “extra”, y cumplió con el requisito de publicar el decreto antes de que este se discuta en el Congreso.
Ante el evidente fracaso de la ampliación presupuestaria y a las puertas de que se comience a discutir el Presupuesto General de la Nación en el Congreso, el gobierno primaveral elige plantear un estado de calamidad, según los funcionarios, para atender una emergencia que en realidad es un problema estructural.
Cualquier pretexto es bueno para alimentar a una administración que parece insaciable y cuyas extravagancias, comparables a las de quienes se ganan el loteriazo en plena crisis, son documentadas cotidianamente por los medios de comunicación.
El domingo se conoció que la SAAS erogó Q1,311,873.71 en alimentos. Esto parece lógico ya que esa institución tiene 500 agentes en turnos de 15×15 días que residen y se alimentan ahí.
Lo que motiva suspicacias, es el costo de cada uno de los productos que la SAAS adquiere, como carne cuya libra cuesta Q100.
Arévalo es un hedonista en un país que no solo se desmorona a consecuencia de sucesivas corruptelas estatales, sino ahora también podría pasar escasez, debido al escandaloso incremento de los productos más básicos, como vegetales y verduras, que se suma a la política extractiva de la SAT, que debido a la incapacidad de recaudar lo que se propone, ahora pretende violar la privacidad de los guatemaltecos, hurgando en las cuentas bancarias sin autorización judicial. Es de esperarse que ese despropósito no se realice, ya que viola la Constitución.
Entretanto, cual Nerón tropical, Arévalo vio impasible como las lluvias extinguieron los fogarones, y al son de su guitarra decidió que cualquier pretexto es bueno para tratar de conseguir sus anhelados 14 millones, sean de dólares o de quetzales. Ante el estilo de vida que presume, cada centavo que llegue al gobierno será ovacionado.