Más de tres semanas para reparar hundimiento en Autopista Palín-Escuintla
El reciente hundimiento en la autopista Palín-Escuintla ha desatado una serie de consecuencias graves, especialmente para el sector económico, y ha dejado en evidencia la lentitud de la respuesta gubernamental.
Redacción
El pasado martes 18 de junio, el presidente de la república, Bernardo Arévalo, junto a funcionarios del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, y de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), inspeccionaron el área afectada en el kilómetro 44, en un intento por evaluar los daños y planificar acciones correctivas.
A pesar de la gravedad de la situación, la respuesta del gobierno ha sido, según muchos críticos, insuficiente y pudo prevenirse con el debido mantenimiento. La visita del presidente Arévalo y su equipo técnico se produjo días después del incidente, cuando el daño ya había generado una cascada de efectos negativos.
Durante su visita, el mandatario hizo hincapié en la falta de un manejo adecuado de los residuos en el país como una de las causas principales del problema. Arévalo señaló que la acumulación de basura en las cuencas y cañadas termina obstruyendo los sistemas de desagüe, lo que a su vez provoca fenómenos como el hundimiento que se observa en esta importante vía de comunicación.
“Algo tan sencillo como tirar una botella de plástico en lugares no adecuados causa problemas como estos, pero se hace todo lo que se puede, ya se tiene la maquinaria y personal trabajando en el lugar”, resaltó.
Sin embargo, la mención de estas causas estructurales no ha sido suficiente para calmar las críticas de la población y de diversos sectores que exigen medidas más rápidas y efectivas para resolver la situación. La falta de una estrategia clara para la rehabilitación de la autopista aumenta la frustración entre los afectados.
Al menos tres semanas
“El ingeniero estima que en tres semanas vamos a poder tener un tránsito parcial en la carretera, en lo que se termina de trabajar del otro lado, donde va a ser necesario colocar un muro de contención y tirar ya todas las vías. De manera que más o menos en unas seis semanas estará el tráfico normal ya restablecido”, sexplicó el gobernante.
La magnitud del problema requiere una respuesta inmediata y contundente por parte del gobierno para evitar un impacto económico mayor. Es crucial no solo reparar el daño en la autopista, sino también implementar políticas más estrictas de gestión de residuos y mejoras en la infraestructura vial para prevenir futuros incidentes.
Consecuencias económicas
El hundimiento ha afectado gravemente una de las principales arterias de transporte en el país, obstaculizando el flujo de mercancías entre la capital y el puerto de Escuintla, uno de los más importantes para la economía nacional. La interrupción del tráfico no solo ha causado demoras significativas en el transporte de productos esenciales y bienes de exportación, sino que también ha afectado a miles de trabajadores que dependen de esta ruta para sus desplazamientos diarios.
Las empresas locales y los pequeños negocios han reportado pérdidas considerables debido a la interrupción de sus cadenas de suministro y a la disminución de la actividad comercial en la región. Sectores como el agrícola y el manufacturero, fundamentales para la economía guatemalteca, se enfrentan ahora a retos adicionales, ya que la ruta afectada es clave para la exportación de productos hacia el mercado internacional.