De nuevo a la carga contra el ministro
Cnel. Cecilio Peláez
Recientemente los jefes de bancada del Congreso se reunieron para planificar un ataque contra el ministro de Comunicaciones, bajo el supuesto de que no está atendiendo la maltrecha red vial de país y la baja ejecución presupuestaria.
Entre todos los diputados al Congreso, difícilmente encontramos a más de dos que conozcan la estructura de un ministerio tan complejo como el de Comunicaciones, de ahí su nombre completo tan largo.
Los distinguidos amantes del perro del hortelano -de paseo por el hemiciclo parlamentario- que engordan sin resolver los problemas de esta esquilmada nación, no han podido entender que el problema de la red vial data desde el gobierno de Arzú, en el cual trató de resolverlo creando un nuevo impuesto para dar vida a COVIAL, defenestrando entidades con una larga tradición, organización, despliegue territorial, entrenamiento y conocimiento en materia de vialidad, como la Dirección General de Caminos y las Zonas Viales.
Luego vinieron gobiernos cuyos responsables de la administración vaciaron las arcas nacionales y enriquecieron ministros, alcaldes y diputados descuidando la infraestructura vial del país y desapareciendo los fondos para el mantenimiento de carreteras y puentes, señalización, planeamiento y construcción de proyectos estratégicos y otros necesarios para descongestionar el tráfico innecesario sobre la capital de la República y las arterias que oxigenan este gran centro de consumo, con los principales puertos, hoy agonizantes.
El despilfarro y el saqueo del MICIVI, obra de expresidentes, exministros y diputados descuidando todos los tiempos, es de miedo.
A este monstruo fue nombrado el coronel de Ingenieros DEM Miguel Ángel Díaz Bobadilla, excelente ingeniero militar que desafortunadamente no recibió del supremo creador el don de hacedor de milagros. Pero fue dotado de serenidad y mucha capacidad organizativa, asunto que le ha permitido -contra politiqueros deshonestos de todos los partidos y mafiosos que han reinado en la institución, de ministro en ministro- indexar la problemática de toda índole, no solo en materia de vialidad, incluye Aeronáutica, Superintendencia de Telecomunicaciones, Dirección General de Transporte Extraurbano y una docena más de dependencias.
Solo armar equipo para manejar este monstruo de la corrupción, sin dejar que lo atrape en sus fauces, ya es una labor titánica muy de agradecer por quienes sufrimos las consecuencias del despilfarro de recursos.
Conozco al coronel Díaz y conozco la estructura del MICIVI, he estado al tanto de los esfuerzos de los diputados irrespetuosos que tratan de minar una institución que poco a poco trata de levantarse para levantar a su vez la maltrecha y esquilmada red vial nacional.
¿Por qué los diputados, hoy rasgándose las vestiduras, nunca hicieron lo que les corresponde para coadyuvar a resolver esta crisis provocada por su propia corrupción, en tiempos recientes, muy frescas aún, donde se repartieron en pedazos el mantenimiento y construcción de las carreteras que cobran, pero no se ejecutan?
¿Por qué, en lugar de hostigar a un funcionario, por considerarlo una amenaza política hacia sus partidos, no declararon de urgencia nacional el mantenimiento de la red vial?
¿Se imaginan la debacle que se armaría nombrando un nuevo ministro, con necesidad de tomarse seis meses para conocer su institución y seleccionar a sus colaboradores?
Eso es lo que persiguen los innombrables habitantes de la novena avenida, sin importar los estragos que causen a la economía nacional y especialmente a los habitantes de este sufrido país.