Santa María de Jesús tras sismos: luz vuelve, pero persiste el miedo
Tras varios días de emergencia por la incertidumbre actividad sísmica, Santa María de Jesús comienza a ver leves signos de recuperación. La energía eléctrica fue restablecida durante la madrugada de este viernes, lo que permitirá reactivar el sistema de distribución de agua potable.
Redacción
“Por precaución, muchos vecinos están durmiendo a la intemperie. Aquí a cada rato se siente el movimiento sísmico”, advirtió el alcalde Mario Pérez durante una entrevista en el programa A Primera Hora de Emisoras Unidas. Desde el 8 de julio, la región ha sido sacudida por una secuencia sísmica que supera las 400 réplicas, con varios derrumbes que mantienen cerrados los accesos al municipio.
Muchas familias han optado por abandonar sus hogares y pasar la noche en la vía pública, temerosas de nuevas réplicas. Pero esta decisión los ha dejado expuestos a otro tipo de peligro: la delincuencia.


Durante la noche del jueves, vecinos alarmados persiguieron a un grupo de presuntos asaltantes que, según denuncias, merodeaban las zonas donde las personas dormían al aire libre. El caos se intensificó cuando, tras no ubicar a los señalados en sus viviendas, se reportaron incendios y detonaciones.
“No hay policías suficientes, solo unos pocos soldados y agentes. Y hay muchos niños, la gente está desesperada”, relató una vecina en llamada telefónica con Prensa Libre. En medio de los gritos y disparos, los vecinos intentaban protegerse como podían.
Seguridad debilitada
El alcalde Pérez reconoció que, a pesar de la presencia del Ejército y de la Policía Nacional Civil (PNC), los recursos son insuficientes para atender toda la localidad. La tensión ha escalado al punto de que varios supuestos delincuentes fueron vapuleados por la comunidad.
El presidente Bernardo Arévalo visitó el municipio tras el inicio de la emergencia. Durante su recorrido anunció la habilitación de albergues y el fortalecimiento de la seguridad. No obstante, la percepción en el terreno es otra: el miedo y la sensación de abandono persisten.