Samuel Pérez y un ejercicio del poder sui géneris: cuando el río suena…los funcionarios callan
Cuando el río suena…los funcionarios evaden hablar.
Según rumores que circulan en redes sociales, Samuel Pérez y el grupo independiente del oficialismo, que tiene como principal alfil a Nery Ramos, estarían presionando a funcionarios del Organismo Legislativo para que restituyan al grupo independiente su calidad de partido. Estas maniobras incluirían exigir la renuncia al Secretario del Congreso, Luis Eduardo López Ramos, lo que no está confirmado.
Roxana Orantes Córdova
Esta mañana, en varias cuentas de X circuló el rumor sobre la renuncia del Secretario del Congreso, Luis Eduardo López Ramos, cuya trayectoria se caracteriza por el apego a la ley.
Como parte de sus obligaciones, López Ramos acató la orden judicial por la que se canceló el partido Movimiento Semilla, y de esta forma, el grupo oficialista quedó reducido a bloque independiente, lo que veda el acceso a espacios de poder como presidencia de comisiones o presencia en la Junta Directiva.
Ayer, Samuel Pérez, quien se ganó un desagradable apodo por sus vaivenes emocionales, rompió una carta que Becquer Chocooj intentó entregar a Bernardo Arévalo. El desplante de Pérez pareció abonarle, según los halagos de sus simpatizantes, pero políticamente fue uno de los tantos errores del diputado, quien pese a tener un quinquenio en el legislativo, todavía no respeta el protocolo establecido en ese organismo.
La exhibición de ayer es una «punta de iceberg» de la forma en que el grupo oficialista, seguido obsecuentemente por Nery Ramos, intenta manejar la legislatura que inició ayer. Y los rumores de hoy sobre las presiones y hasta despido ilegal contra López Ramos, por negarse a obedecer una orden ilegal, parecen consistentes con el actuar anterior del grupo, que da la impresión de estar gobernado por las emociones y no por estrategias.
Funcionarios del Congreso consultados para esta nota se negaron a declarar sobre este punto, en una reacción que denota temor y autocensura.
Si Ramos renunció o fue obligado a hacerlo, se sabrá en algunas horas y sería la demostración de un acto ruin e ilegal, que dejaría en evidencia cómo el presidente del Congreso y el grupo que lo dirige, no vacilan en transgredir la ley para conseguir sus objetivos.
En cualquier caso, cabe recordar el refrán «cuando el río suena, piedras lleva» y agregar: «cuando el río suena…los funcionarios callan».
E
E
T