Samuel Pérez, un año después: entre la polémica y la falta de respeto en el Congreso
El Congreso de la República volvió a ser escenario de confrontaciones, esta vez protagonizadas por el diputado Samuel Pérez, quien rompió un documento entregado por su colega Bequer Chocooj durante la salida del presidente Bernardo Arévalo tras una sesión solemne. Este episodio revive cuestionamientos sobre el respeto hacia el Hemiciclo Parlamentario y pone en la mira las acciones de Pérez, quien hace un año también estuvo envuelto en situaciones polémicas previas a la toma de posesión del mandatario.
Redacción
Bequer Chocooj intentó interceptar al presidente Arévalo para entregarle una carta que, según él, representaba una segunda solicitud de renuncia dirigida al mandatario. El documento reflejaba el descontento de ciertos sectores ante lo que consideran “pocos resultados” durante el primer año de gestión del Ejecutivo. Sin embargo, antes de que el presidente pudiera recibirla, Samuel Pérez intervino y rompió el papel, generando una oleada de críticas por lo que muchos consideran un acto de irrespeto y una falta de tolerancia hacia la disidencia.
Chocooj no tardó en calificar la acción como «abusiva», señalando que el oficialismo se muestra incapaz de aceptar críticas. Según el legislador, la carta buscaba expresar un mensaje simbólico sobre el liderazgo deficiente que perciben en el presidente Arévalo.
Pérez responde: ¿acto de defensa o intolerancia?
Samuel Pérez, al ser consultado sobre su comportamiento, argumentó que actuó para evitar que un «aliado» de Allan Rodríguez, en referencia a Chocooj, se acercara al presidente. Según él, su intervención fue una forma de proteger al mandatario de un gesto que demostró provocador. Sin embargo, este argumento ha sido visto por algunos sectores como una excusa para justificar una acción que trasgrede el diálogo parlamentario y alimenta la polarización.
Además, este no es el primer cuestionamiento hacia Pérez. Hace un año exactamente, durante la toma de posesión de Arévalo, él y otros diputados independientes fueron señalados por una serie de actos que algunos calificaron como irregulares e incluso ilegales. Ahora, su conducta vuelve a ser objeto de escrutinio, especialmente por repetirse en un contexto que exige respeto hacia las instituciones.
Este nuevo incidente en el Hemiciclo pone en evidencia la falta de cohesión y la creciente polarización en el ámbito legislativo. Mientras algunos interpretan la acción de Pérez como un acto de lealtad hacia Arévalo, otros la ven como una muestra de intolerancia que limita el debate democrático.