Salario mínimo: Giammattei se despide con medida polémica
Alejandro Giammattei anunció que su gobierno, cumpliendo recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), incrementó el salario mínimo en todas las actividades productivas. Para todas las denominaciones de la izquierda, la medida es una panacea que combate la pobreza, mientras desde el liberalismo se le considera un acto que además de atentar contra la libertad, incrementa el desempleo y desincentiva la productividad.
Roxana Orantes Córdova
La medida con la que el gobierno se despide de una administración que vale calificar de desastrosa contempla:
«6.0% de incremento (Q107.11) ciento siete quetzales con once centavos para actividades agrícolas; con un 6.6% de incremento (Q110.97) ciento diez quetzales con noventa y siete centavos para actividades no agrícolas y con un 6.6% de incremento (Q101.41) ciento un quetzales con cuarenta y un centavos para actividades de exportación y maquila.
A los empleadores les hago un llamado a cumplir con lo establecido para el año 2024, así como a contar con el registro actualizado de los contratos laborales de conformidad al giro habitual de sus actividades y ubicación de sus centros de trabajo, ya que el monto a pagar por salario mínimo se rige y determina por el lugar en el que se encuentren ubicados.
La Inspección General de Trabajo, realizará inspecciones de oficio y atenderá las denuncias de los trabajadores para verificar el cumplimiento de este derecho. No está de más recordar que el incumplimiento del salario mínimo fijado, dará lugar a la sanción que corresponde de conformidad con el Artículo 272, literal A) del Código de Trabajo».
El control sobre los empleadores es notorio y evidente, que Giammattei deja al próximo gobierno la responsabilidad de controlar y sancionar a quienes contravengan las disposiciones gubernamentales.
Con un estilo de gobierno marcadamente mercantilista, Giammattei cierra su gestión con un guiño a los organismos supranacionales y obedece la recomendación de la OIT de la ONU, dejándole a Bernardo Arévalo una medida de corte socialista y carta blanca para fiscalizar a empresarios y emprendedores, en nombre de la «justicia social».
Opiniones libertarias y liberales
Fernando Aragón, coordinador local de Estudiantes por la Libertad Guatemala; Bernardo Rabassa, presidente de honor y de Relaciones Exteriores del Club Liberal Español y Jorge Valin, de Libertad Digital, escribieron sobre los efectos que tiene la regulación estatal sobre los salarios. A continuación, el resumen de estos artículos.
Aragón señala:
«La experiencia internacional corrobora que los salarios mínimos, por arriba de los reflejados en el mercado, si se aplican, tienden a generar excedentes de mano de obra, que no pueden contratarse, porque su productividad es inferior al salario mínimo. Desde luego, existe la posibilidad de incumplir las disposiciones, manteniéndose o migrando a la informalidad».
El mismo autor menciona que «Dinamarca, Austria Finlandia, Suecia, Islandia y Suiza y, sin embargo, poseen los salarios medios más altos del mundo» y señala que «la mejor manera de elevar los salarios es incrementando la productividad y eso se logra por medio de la inversión».
Rabassa, en un artículo que comenta las medidas de Pedro Sánchez en España, titulado: «Cómo 1.080 euros de salario mínimo pueden arruinar la economía provocando inflación y paro» (febrero 2023), explica que en su país se perdieron 105.800 puestos de trabajo y se dejaron de crear 150.400, lo que incrementó en 70.744 los desempleados en España. La escalada de precios y el encarecimiento de la «cesta de compra» son imparables, advierte.
Además, enfatiza en que todo esto incrementó la «economía en negro» o informalidad, lo que lleva a que muchos trabajadores, especialmente los menos calificados, deban aceptar salarios bajos sin cotización ni prestaciones sociales. «Hoy la mayoría de empleadas de hogar, han visto reducidos sus tiempos contratados y creo que se puede asegurar que se paga en negro por parte de la mayoría de hogares, necesitados de esa ayuda para el ama de casa o en su caso para los mayores necesitados de una cuidadora. !Es la economía!», concluye.
Finalmente, Jorge Valin explica que obligar a las empresas a determinada remuneración, logra que muchos empleados queden fuera del terreno laboral «o bien pasan a cobrar lo mismo, pero en la economía sumergida». Subir los sueldos implica aumentar los costes, y al final, todos los productos se encarecen, por lo que el aumento impuesto solo beneficia a una minoría que “cobra más” (si no ha sido despedida antes) pero ha empobrecido a una mayoría, ya que esta mayoría, percibe los mismos ingresos pero paga más por los productos que consume».
La reducción de la competitividad incide directamente en la productividad y esto afecta mucho más a las empresas más pequeñas, señala Valin quien ejemplifica cómo pequeños negocios deben ceder el campo a las grandes cadenas, y sus propietarios muchas veces terminan como asalariados, gracias a la política impuesta. Por último, indica que la imposición también influye en la disminución de las exportaciones y aumento de las importaciones.