Prioridades de vida…
PRIORIDADES DE VIDA…” ( La justicia divina como ley universal, se aplica de forma infalible como consecuencia a nuestras acciones y comportamiento en este mundo. La verdad absoluta es una afirmación irrefutable, incuestionable e irrebatible, que representa a Dios y la naturaleza.)
“El bien” es una realidad perfecta o suprema, es una inclinación natural y divina en la existencia espiritual. Somos seres esencialmente espirituales, por lo cual la base de nuestro comportamiento en este mundo debe ser sobre valores de vida, que son espirituales.
Si yo para obtener algo no escojo el camino correcto pero lo consigo, podré experimentar durante un determinado tiempo que he logrado algo bueno a mis intereses, pero debemos recordar que lo obtuve mal, por tanto, la historia seguramente terminará mal…
La riqueza espiritual debe ser la “plataforma” para alcanzar la riqueza material. Yo me muevo sobre valores de vida, actuando conforme a ello en mi vida familiar, social y profesional y así vienen los resultados de abundancia y prosperidad de largo plazo en una vida con sentido y propósito en armonía con mi entorno. Por tanto, hacer el bien “genera bendición”, hacer el mal, genera maldición.
El mal, es el resultado de un comportamiento contrario a esos principios de bien y valores de vida, en contraposición y rebeldía al bien. Nos referimos al sentido común cuando sabemos por defecto sin necesidad de haber estudiado qué es bueno y qué es malo. Por ejemplo, todos sabemos que matar, robar o mentir es malo, sin haber estudiado, son los principios divinos de la naturaleza y de Dios.
En términos concluyentes a las anteriores aseveraciones, todos sabemos lo que es bueno y lo que es malo. El libre albedrío, es el camino que todos tenemos para decidir y escoger nuestras acciones en esta vida y que dictarán nuestro comportamiento con resultados infalibles a largo plazo.
Por ejemplo, yo puedo escoger un camino torcido y no el camino correcto, para obtener resultados más fáciles y rápidos para hacer mucho dinero, y podre pasar poco ó mucho tiempo en una “abundancia” y bienestar aparente, pero al final de forma infalible e inexorable nos irá mal, porque tomamos el camino contrario al bien, el camino equivocado que fue lo que escogimos.
Y aquí podemos mencionar también la siembra y la cosecha, que de forma infalible determina un resultado, exactamente lo que sembremos vamos a cosechar. Siembro amor, cosecharemos amor, siembro odio, cosecharemos odio. Y desafortunadamente en referencia, no podemos sembrar algo y cosechar otra cosa y no podemos dar lo que no tenemos. Por ejemplo, si no tengo amor en mi corazón, no podré dar amor.
En la vida podemos tener cualquier cantidad de cosas materiales, fama y estatus social y tener un vacío interno, ser infelices y llevar una vida llena de problemas y dificultades con grandes carencias espirituales, sin amor, y sin valores que llenan de satisfacción una vida plena. Ésta es la prueba de cuáles son las prioridades en la vida. Si queremos una vida con abundancia y prosperidad, debemos trabajar en “el orden de prioridades y el camino correcto”.
Ahora observemos el mundo de hoy, un mundo decadente en donde impera el conflicto social, la injusticia, las guerras, el abuso de poder, un mundo en donde muchas sociedades han sacado a Dios de sus vidas, un mundo en donde se perdió totalmente la dirección correcta basada en el bien y la naturaleza de Dios.
Sociedades esclavas del mundo material y consumista de poder y riqueza “Por sobre todas las cosas”, con prioridades opuestas a lo correcto, que promueven valores de muerte y adoran a Dioses falsos dejando por un lado los verdaderos principios y valores de vida. Este es el mundo de hoy, que promueve de forma prepotente y descarada cambios inaceptables por sobre Dios y la naturaleza.
”La prosperidad es una condición de largo plazo, que consolida una abundancia basada en riqueza espiritual para obtener la riqueza material…” Y como repetimos, así como todo lo que sube tiene que bajar, todo lo que no está bien está mal, y tiene que terminar…”