Nery Ramos y su futuro en el Congreso
En los pasillos del Congreso y en redes sociales comenzó a circular un rumor que podría redefinir el tablero político: la supuesta expulsión de Nery Ramos de las filas del partido Azul, lo que automáticamente lo inhabilitaría para continuar como presidente del Legislativo.
Redacción
Una fuente del Congreso aseguró que Ramos fue separado en la más reciente asamblea partidaria y que solo queda pendiente la resolución oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE). De confirmarse, el oficialismo sufriría un duro revés, pues perdería a una de sus principales fichas de control en el hemiciclo. Sin embargo, hasta el momento ninguna autoridad del partido Azul lo ha confirmado ni negado públicamente.
Azul en reorganización: la ausencia de Ramos y nuevos liderazgos
El partido Azul ha iniciado un proceso de reorganización interna que incluye la incorporación de nuevos liderazgos en su Comité Ejecutivo, entre ellos el doctor Jorge Raúl Gramajo Ríos, presentado como formador político dentro de la estructura partidaria.
En contraste, en las actividades más recientes del partido, el gran ausente ha sido Nery Ramos. Mientras tanto, el diputado Jorge Mario Villagrán Álvarez, actual secretario general, se ha convertido en la cara visible de Azul, asumiendo un rol protagónico en la organización y en la presentación de sus nuevos cuadros.


Viajes y aspiraciones presidenciales
Mientras tanto, Ramos ha compartido en sus redes sociales fotografías de viajes por distintos departamentos del país, donde se le ha visto acompañado de simpatizantes. En varios de estos eventos, los asistentes han manifestado abiertamente que su propósito es preparar una candidatura presidencial para las próximas elecciones.
Este comportamiento alimenta las sospechas de un distanciamiento con el partido que lo llevó al poder legislativo. Analistas consultados advierten que la supuesta expulsión podría responder a diferencias internas sobre su futuro político y a un choque de intereses entre Ramos y la dirigencia de Azul.


El frágil equilibrio del oficialismo
La posible salida de Ramos del partido Azul no solo representaría un golpe personal, sino también una muestra clara de la fragilidad del oficialismo dentro del Congreso. Durante meses, el oficialismo ha logrado sostener el control de la agenda legislativa gracias a alianzas coyunturales.
De confirmarse la expulsión de Ramos, la correlación de fuerzas podría cambiar radicalmente. El oficialismo perdería a su operador más visible y quedaría expuesto ante un escenario en el que sus apoyos externos podrían volverse insuficientes para garantizar gobernabilidad. El margen de maniobra se reduciría drásticamente y la alianza con los independientes podría no ser suficiente para sostener la presidencia del Congreso.
Si el TSE confirma la expulsión, Ramos perdería la presidencia del Congreso y con ello el oficialismo quedaría debilitado en la conducción del Legislativo, en un contexto donde su control ya depende de frágiles pactos temporales.