Congreso se hunde entre privilegios, insultos y fracturas
Disputas por cuotas de poder, privilegios económicos y el control de la Junta Directiva. La sesión de este martes, marcada por gritos, empujones y acusaciones cruzadas, evidenció que el Legislativo atraviesa una de sus peores crisis internas. Mientras Ramos intentó justificar el cierre del pleno con argumentos de legalidad e institucionalidad, la oposición lo señaló de huir y de utilizar su cargo para fines personales, incluyendo aspiraciones electorales.
Redacción
La crisis en el Congreso alcanzó este martes un nuevo nivel de confrontación, con escenas de insultos, forcejeos y el cierre abrupto de la sesión plenaria por parte del presidente del Legislativo, Nery Ramos.
En medio del escándalo, un grupo de diputados independientes salió en defensa de Ramos, quien acusó a ciertos bloques de querer “tomar por asalto” la conducción del Congreso.
Lo que para Ramos fue un intento de «usurpar funciones» y poner en riesgo la institucionalidad, para varios bloques opositores fue una acción legítima para destrabar el estancamiento legislativo. «Aquí somos 160 diputados los que tenemos derecho a elegir la agenda», afirmó Álvaro Arzú Escobar, quien acompañado de diputados de Vamos calificó la actitud de Ramos como cobarde y oportunista.
El Congreso dividido entre privilegios y pugnas
Detrás de la retórica institucionalista, los hechos reflejan un Congreso profundamente dividido y marcado por la lucha por beneficios: el reciente aumento salarial aprobado sin debate, la discusión sobre cargos en la Junta Directiva y el control sobre las comisiones legislativas no son simples procedimientos administrativos, sino los premios políticos más codiciados en la batalla por el poder.
A esto se suma la polémica reforma a la Ley Orgánica del Ministerio Público que algunos bloques buscan impulsar, una maniobra que, según analistas, podría tener repercusiones directas en la correlación de fuerzas entre el Legislativo y el aparato judicial.
¿Independientes o alineados?
Mientras los bloques mayoritarios se enfrentan abiertamente, un grupo de diputados independientes se ha alineado discursivamente con Ramos, condenando el cambio de agenda y respaldando su decisión de cerrar la sesión.
La defensa vino en un momento clave, justo cuando la figura del presidente del Congreso comenzaba a desmoronarse ante las acusaciones de autoritarismo, censura y falta de liderazgo. Ramos logró salir del Congreso, tras la pelea de las diputadas Elena Motta y Greicy De León, de la bancada VAMOS.
Con el hemiciclo convertido en campo de batalla, las prioridades ciudadanas siguen sin abordarse. El presidente del Congreso insiste en que representa un “rol de estabilidad política”, pero su gestión comienza a ser percibida como un símbolo del caos. Mientras tanto, la oposición lo acusa de estar en campaña presidencial, instrumentalizando su cargo y evadiendo el debate sobre temas clave.