Para los jóvenes por unirse en matrimonio
PARA LOS JÓVENES POR UNIRSE EN MATRIMONIO…” (“ El deseo de unirse en pareja y formar una familia, lleva unas bases fundamentales que determinarán indiscutiblemente el éxito ó fracaso de esa unión …” )
Luego de un recorrido de experiencias en el tiempo, un feliz matrimonio de 29 años, una familia bendecida, y con el tratamiento y la aplicación correcta de esa experiencia para la toma de decisiones; podemos aconsejar y asesorar a jóvenes que van a involucrarse en esa aventura y proyecto de vida, el cual puede y debe ser maravilloso y de bendiciones, ó todo lo contrario…
Como un dato desalentador y desafortunado, vemos un mundo hoy, que ha perdido el deseo de las personas a la unión en matrimonio y formar una familia. También viene creciendo la ruptura de los matrimonios por la falta de esas bases y representado con información verás, considerando tendencias, comportamientos y estadísticas.
La mala noticia es que a este paso, el valor del matrimonio y formación de familias un día se perderá, con las implicaciones negativas para la sociedad y el mundo, porque ya lo estamos viviendo. Creo que las sociedades vienen desde hace tiempo, sacando a Dios de sus vidas y es la base de esta situación, la falta de fé y valores de vida, cambian al mundo.
Para entrar en materia, le podemos aconsejar a una joven pareja que ha tomado la decisión de unirse en matrimonio los elementos básicos a considerar antes de entrar en esa aventura que todos queremos llegue a un final feliz. Será que de verdad quieren que sea “hasta que la muerte los separe… ?”
Vamos a empezar con esa base fundamental de “por qué me quiero casar..! ” Esto considerando a los casos de personas que quieren casarse formalmente ante Dios y por la Iglesia, no en unión de pareja únicamente, porque existe una diferencia, que radica en el compromiso que representa y que podría impactar en nuestro comportamiento.
Para unirse en matrimonio, debemos estar claros que el amor y todo lo que ello implica, son la base de la unión que pretendemos formalizar. Si mi interés va por otro lado, seguramente habran grandes y mayores posibilidades de fracaso. Las razones son claras, si no hay amor, no hay respeto, ni todos esos factores relacionados que establecen esa plataforma de valores de vida que garantizarán la unión.
“El matrimonio no es color de rosa” el que crea esto está confundido y mejor no se case..” Debemos entender que en nuestra relación de pareja existe un sentimiento que inicialmente es de enamoramiento, ilusión, admiración, por mi pareja, que es lo que nos hace querer realizar esta aventura de vida que es el matrimonio.
Nos enamoramos de la persona físicamente, por su forma de ser, por sus valores etc… sin embargo, debemos entender que esta relación tan linda en sus inicios, llevará un proceso en el tiempo, que cambiará en muchos aspectos y que lo único que nos mantendrá unidos y para adelante es el amor, el cual cambiará pero se debiera fortalecer.
Ese enamoramiento, ilusión y deseo inicial cambiará, aunque de nosotros depende mantenerlo y así como en nuestra área profesional debemos ser perseverantes, enfocados y dedicados, para lograr lo que pretendemos, así hay que trabajar en la relación en pareja, para mantenerla viva y vibrante.
Los factores fundamentales para una relación estable y continua, dependen de cada uno en pensamiento sobre ventajas y beneficios “mutuos”. No se puede pensar sólo en uno mismo, se debe pensar en pareja. El egoísmo es el peor enemigo, el pensamiento del “yoyo” no funciona, se debe ceder y darle lugar y razón a la pareja cuando la tenga. La confianza después de conocerse a fondo es básica, que se gana con una actitud correcta.
En la unión en pareja y en matrimonio, “no manda” nadie, cada quien tiene sus funciones que debe ejecutar y debe ser de común acuerdo. Digamos que hay unas funciones flexibles y pueden variar, pero al final se deben complementar y como repito “De común acuerdo”.
El hombre principalmente encargado de la dirección espiritual de los hijos, como proveedor y apoyo, la mujer principalmente madre, apoyo al hombre como consejera y apoyo integral. Puede proveer parcialmente si es el caso en su proyecto profesional, pero sin olvidarse que primero es madre, y todo debe ser de común acuerdo.
El proceso para tener claro el panorama, inicia con el deseo de unirse en matrimonio, con un amor basado en la ilusión, enamoramiento y deseo físico, viene la luna de miel y conocimiento de la vida juntos en pareja. Importante conocerse y convivir juntos como pareja, todo al principio es lindo y se deben limar asperezas a todo nivel.
Luego de pasar los primeros uno o dos años, y conocerse y disfrutar la vida en pareja, se puede pensar en traer el primer hijo a la familia. Lo comento como el escenario ideal porque la venida del bebé cambia radicalmente la vida de la pareja, la prioridad será el bebé y la relación en pareja en términos de importancia entre el uno y otro pasará a segundo plano. OJO, se debe estar preparado…! No digamos sólo económicamente claro, con la actitud adecuada para ello.
No quiere decir que si viene antes el bebé sea problema porque siempre será una “bendición” pero lo más recomendable es pasar juntos previamente para aprender a vivir juntos y conocerse. La convivencia es importante, recordando ceder, apoyar y dar la razón siempre a quien la tiene, dejando a un lado el egoísmo, ego, y todo sentimiento que anteponga los intereses personales sobre los intereses de pareja.
Luego de los años, aunque se debería de mantener a cierto nivel, se podría acabar el enamoramiento físico, la ilusión baja y es diferente, se entra en las rutinas y es una etapa en donde si no se ha sembrado adecuadamente los elementos para mantener una buena relación, pueden venir problemas y hasta las separaciones.
Aquí entra otra etapa del amor, que se debería volver más robusto, pero es diferente, se basa en aceptación y común acuerdo con las funciones y el trabajo realizado o no realizado. Las decisiones que tomemos malas o buenas también impactarán en la relación. En esta etapa podría venir infidelidades, y es donde entra la madurez, la calidad del amor y las buenas o malas decisiones que tomemos.
Mantenerse fiel, es parte del amor y esa buena siembra en la relación, pero al final son decisiones. Entendemos que por su naturaleza, el hombre tiende más a ser más infiel, sin embargo, no hay excusas ni justificaciones de algo tan importante para mantener una relación, como lo es la fidelidad.
Los matrimonios que superan muchos años, 20, 30, 40, 50 y más, se basan en esa fórmula de definir los términos y funciones de común acuerdo con la mejor actitud y toma de decisiones, en un proceso basado en el amor.
Como lo repetimos, las cosas que cuestan en la vida son las que verdaderamente valen, y una de ellas es el “matrimonio” no es fácil, ni color de rosa, pero de nosotros depende que se vaya desarrollando un amor, que cambiará de colores, pero que al final del día se volverá tan grande y fuerte que nada ni nadie lo podrá romper.
“ Y sólo así se podrá decir “Hasta que la muerte nos separe…”