Nuevo software, viejas fallas: TSE apuesta Q300 millones por otro sistema electoral
Como con el TREP en 2023, el TSE promete innovación tecnológica para 2027, pero sin certezas reales de cambio.
Redacción
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Guatemala ha vuelto a poner sobre la mesa una promesa conocida: un nuevo sistema informático “más seguro y confiable” para las elecciones generales de 2027.
Sin embargo, el anuncio despierta más dudas que confianza, especialmente cuando el precedente inmediato —el sistema TREP— terminó envuelto en escándalos, sobrecostos y pérdida de inmunidad para varios magistrados.
El TREP, que en su momento fue vendido como una herramienta moderna para garantizar transparencia en las elecciones de 2023, costó Q148 millones al Estado y quedó manchado por denuncias de irregularidades, investigaciones penales y una falta de control institucional que aún persiste.
Ahora, el TSE afirma que “comenzará desde cero” para desarrollar una nueva plataforma digital propia, con un presupuesto inicial estimado de Q300 millones, el doble de lo que costó el sistema anterior.
¿Mejoras sustanciales o el mismo software maquillado?
A través de mesas técnicas con partidos políticos, el Tribunal ha intentado convencer de que esta vez el proyecto será distinto. Prometen diseño propio, servidores en la nube, mayor autonomía y pruebas previas al año electoral.
Sin embargo, al igual que en 2023, no existe aún un director titular de informática —la plaza sigue vacante— y el funcionario interino que lidera el área, Jorge Morales, aún no ha demostrado capacidad operativa para gestionar un proyecto de tal envergadura.
Lo que sí parece firme es el gasto. Ya se han contratado 17 desarrolladores y el cronograma de implementación contempla pruebas durante 2026, con la esperanza de estar listos en 2027. La historia, sin embargo, parece repetir su guion: un nuevo sistema millonario sin garantías de que los problemas del pasado hayan sido resueltos.
A dos años del próximo proceso electoral, el TSE nuevamente apuesta a lo digital sin haber rendido cuentas claras por el fracaso anterior.