Nuevo revés en la autopista a Puerto Quetzal: cierre en el Km. 63 desata caos vehicular
El tráfico en la autopista a Puerto Quetzal se ha convertido en un calvario para conductores y transportistas tras el cierre casi total del paso en el kilómetro 63. La empresa concesionaria, que ejecuta trabajos de instalación de nuevas tuberías, no solo complicó la movilidad desde las primeras horas de este viernes 21 de febrero, sino que también enfrenta cuestionamientos por un hundimiento registrado en la zona.
Redacción
Los trabajos en la carretera ya incluían la ampliación del puente El Limoncillo en el kilómetro 62 y la instalación de drenajes en los kilómetros 63 y 84. Sin embargo, la colocación de una nueva tubería en el Km. 63 desencadenó un hundimiento inesperado, lo que obligó al cierre de la vía y dejó atrapados a cientos de vehículos.
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El Ministerio de Comunicaciones se deslinda de responsabilidades
El Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) aclaró que no supervisa estas obras, pues el tramo Escuintla-Puerto Quetzal está bajo un esquema de alianza público-privada por 25 años. En otras palabras, la responsabilidad recae exclusivamente en el Consorcio de Autopistas de Guatemala (Convía), empresa encargada de la ejecución del proyecto.
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Armando Salas, gerente general de Convía, explicó que las tuberías en la zona tenían más de 30 años de antigüedad y su reemplazo era urgente para evitar futuras inundaciones. Según el directivo, las lluvias recientes saturaron el suelo, lo que aceleró el hundimiento. «Por seguridad de los usuarios, cerramos la vía», afirmó.
Para mitigar el impacto en la circulación, se habilitó un carril con paso controlado. Se espera abrir un segundo carril durante el fin de semana y activar un carril reversible en las próximas 24 horas. Salas pidió comprensión y aseguró que se trabaja en una solución definitiva, aunque las lluvias adelantaron el cronograma de intervención.
Más de 200 días y la incertidumbre sigue
La autopista Palín-Escuintla, alguna vez considerada una de las mejores carreteras del país, parece haberse convertido en un problema sin solución. Desde el colapso en el kilómetro 44, ocurrido el 13 de junio de 2024, han transcurrido más de 200 días sin que los usuarios vean resultados significativos en su reparación.
Aunque, el Ministerio de Comunicaciones ha hecho de marzo su mes favorito para las promesas. Según el nuevo ministro de Comunicaciones, Miguel Ángel Díaz Bobadilla, al menos dos carriles estarán habilitados a finales de febrero y que la obra completa podría concluir en marzo. Sin embargo, la frase «condiciones climáticas» ya ha surgido como una posible excusa anticipada.
En noviembre de 2024, la administración anterior aseguró que la construcción de muros de gaviones y el reforzamiento con acero estaban en su fase final. No obstante, las pérdidas económicas continúan en aumento y el panorama sigue igual de incierto.
Según la Cámara de Industria, solo en octubre de 2024 se estimaron pérdidas de Q3.8 millones debido al incremento de costos de transporte, retrasos en entregas y pérdida de clientes. Mientras tanto, los transportistas siguen padeciendo la ineficiencia de un sistema que no parece ofrecer soluciones reales.
Los antecedentes de incumplimientos y retrasos han convertido cada nueva promesa del CIV en un mero formalismo. A estas alturas, la pregunta no es si se cumplirá el plazo de marzo, sino cuál será la excusa que justificará el próximo atraso.