«Renuncia Arévalo»: guatemaltecos expresan su repudio en X
Ayer, la conferencia de Bernardo Arévalo motivó un consenso de reacciones contra la ineptitud de la administración actual. Esto se expresó en insultos, cuestionamientos y el retorno de la exhortación que recibieron reiteradamente sus antecesores, Jimmy Morales y Alejandro Giammattei: ¡Renuncia!
Redacción
Con un alcance de casi 90 mil visualizaciones en X, la conferencia de prensa de Arévalo recibió 59 comentarios negativos y uno positivo. Similar panorama fue evidente en Facebook, con menor número y comentarios un poco más moderados.
Entre la diversidad de reflexiones, críticas y hasta insultos, resaltan dos o tres exhortativas de renuncia que se pueden convertir en tendencia. Y aunque está clarísimo que la exigencia de renuncia presidencial por parte de voces ciudadanas, queda claro el descontento de muchos con la conducción del gobierno por parte de un grupo que según se afirma fue impuesto, y comenzó señalando a sus antecesores a la vez que hacía promesas, para dos años y medio después, continuar la tónica sin accionar.
Por ejemplo, es impresionante que, sabiendo la inexistencia de un censo de reos (Francisco Jiménez y sus allegados ya habían dirigido la seguridad), ningún funcionario lo hubiera informado y peor aún, que ni siquiera comenzaran a hacerlo. El ofrecimiento de cárceles de máxima seguridad data de hace más de quince años y se suponía que Fraijanes II era una de estas.
Lo que le queda a la ciudadanía es protestar en redes, convertidas en una versión chapina de los dazibaos chinos, periódicos murales donde solían expresarse críticas al comunismo. Entretanto, el Ministerio de Gobernación está acéfalo desde ayer y se desconoce el paradero de Francisco Jiménez, Claudia Palencia y José Portillo, los tres funcionarios a los que Arévalo aceptó la renuncia ayer.
Algunos de los comentarios ciudadanos en redes demuestran el hartazgo de los guatemaltecos que ya comienzan a tomar como referente la administración de Nayib Bukele, lo que constituye una peligrosa advertencia en cuanto a que, del caos, el país podría convertirse en una dictadura, con la venia de un pueblo harto de corruptos, ineptos y falaces gobernantes.

