Muere Maggie Smith, actriz de Harry Potter y Downton Abbey
La actriz británica Maggie Smith, ganadora de dos dos premios Oscar, ha fallecido en el hospital a los 89 años. Sus hijos Chris Larkin y Toby Stephens anunciaron que la intérprete, conocida para el gran público por papeles como Violet Crawley en Downton Abbey o Minerva McGonagall en la saga Harry Potter murió en el hospital el viernes por la mañana.
Por dpa / Redacción
«Era una persona muy reservada y al final estaba con sus amigos y su familia Deja dos hijos y cinco nietos cariñosos que están devastados por la pérdida de su extraordinaria madre y abuela», señala el texto de la familia.
«Nos gustaría aprovechar esta oportunidad para dar las gracias al maravilloso personal del Chelsea and Westminster Hospital por sus cuidados y su amabilidad sin límites durante sus últimos días. Les agradecemos todos sus amables mensajes y su apoyo y les pedimos que respeten nuestra privacidad en estos momentos», señala el comunicado.
Una leyenda del cine y el teatro
Los compañeros de reparto de Maggie Smith le rindieron homenaje tras su partida. Hugh Bonneville, quien compartió escena con ella en Downton Abbey, expresó: “Cualquiera que haya trabajado con Maggie sabe de su aguda percepción, su increíble ingenio y su inmenso talento”. Bonneville también la describió como una «leyenda de su generación», agradeciendo que su legado permanecerá vivo a través de sus magistrales interpretaciones en la pantalla. “Mis más sinceras condolencias a sus hijos y seres queridos”, agregó el actor.
Smith, quien también repitió su icónico papel en las películas de Downton Abbey, dejó una huella imborrable en cada proyecto en el que participó. En la cinta Downton Abbey: Una nueva era (2022), su personaje muere a causa de la enfermedad que reveló en la película de 2019, lo que desató la tristeza entre los fanáticos de la serie y sus amigos más cercanos. Bonneville, al reflexionar sobre la escena, compartió: «Tuve la oportunidad de recordar que durante 12 años Maggie fue como una madre para mí. Fue un verdadero privilegio trabajar a su lado».
El legado de Smith en el cine y el teatro trasciende el éxito de Downton Abbey. La actriz fue nominada tanto al Oscar como al Bafta por su actuación en Gosford Park (2002), una pieza clave en su carrera que consolidó aún más su estatus en la industria.
Una voz irreemplazable
Kristin Scott-Thomas, quien compartió pantalla con Smith en películas como Keeping Mum (2005) y My Old Lady (2014), la describió como una actriz de enorme seriedad, aunque poseía una capacidad única para ver más allá de lo superficial. “No soportaba las tonterías”, recordó Scott-Thomas, quien también destacó su agudo sentido del humor y la poca paciencia que tenía para los absurdos. “La última vez que la vi, estaba frustrada con su vejez. Era una mujer irremplazable, muy querida y profundamente admirada”.
La majestuosidad de Smith también fue reconocida por figuras de la realeza. En 1966, la reina Isabel II conoció a la actriz durante el estreno de Otelo, un evento benéfico en Londres donde Smith compartió protagonismo con Laurence Olivier. Este momento fue solo una de las tantas ocasiones en las que Smith brilló en las esferas más altas de la cultura británica.
El Teatro Nacional de Gran Bretaña rindió homenaje a su extraordinaria carrera, afirmando que «será recordada como una de las más grandes actrices que este país ha tenido el placer de presenciar», mientras que la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (Bafta) la calificó como una «leyenda del teatro y el cine», recordando sus cinco premios Bafta, además de un premio especial y la beca que recibió de la organización.
Una carrera llena de éxitos
Maggie Smith comenzó su carrera en el teatro, obteniendo su primera nominación al Bafta por su papel en el melodrama Nowhere to Go (1958). En 1963, Laurence Olivier la eligió para interpretar a Desdémona en Otelo, una obra que dos años después fue llevada al cine y le valió su primera nominación al Oscar. A lo largo de su carrera, Smith protagonizó filmes memorables como A Room with a View (1985), por el que recibió otra nominación al Oscar y al Bafta.
Entre sus muchos éxitos, Té con Mussolini (1999) y El exótico hotel Marigold la unieron en pantalla con otra figura emblemática del cine británico, Judi Dench. Juntas, deleitaron al público con actuaciones inolvidables que celebraron la riqueza de la experiencia humana.
El impacto de Maggie Smith también se extendió a la comedia. Interpretó a la Reverenda Madre en las dos películas de Sister Act, donde compartió escenas con Whoopi Goldberg. La actriz estadounidense la describió como «una mujer increíble y una actriz brillante», agregando: «Todavía no puedo creer la suerte que tuve de trabajar con alguien tan única».
Rob Lowe, quien actuó junto a Smith en Suddenly, Last Summer (1993), la recordó como «una fuerza indomable». “Compartir una escena con ella era como estar frente a un león. Podía devorarte con su presencia, pero también era muy divertida y una excelente compañera. No toleraba la necedad, y por eso la admiraba tanto”.
La extensa trayectoria de Maggie Smith culminó en películas como The Miracle Club (2023), una historia que sigue a un grupo de mujeres de Dublín en una peregrinación a Lourdes. Su último legado cinematográfico refleja su inquebrantable pasión por la actuación, dejando un vacío profundo en la industria que será difícil de llenar.