Mexicanos, al grito de guerra…
Mexicanos, al grito de guerra/el acero aprestad y el bridón,
Es una parte impresionante del hermoso himno mexicano.
Cuantas veces lo he escuchado, pienso en los noventa días y noventa noches que, bajo intensos aguaceros, los bravos guerreros que defendieron Tenochtitlán hicieron retroceder una y otra vez a los españoles sedientos de plata y oro.
México lindo y querido, otro verso eterno que dio luz y brillo al hermano país.
Hasta hace algunos años, disfrutaba viajar a Comitán de Domínguez para degustar su gastronomía, la cálida hospitalidad de sus vecinos y el majestuoso paisaje de sus campos.
Pero ya no es así, el dominio de los narcos se ha extendido, durante el gobierno de López Obrador, hasta el territorio chiapaneco.
La política de abrazos, no balazos, abrió el camino a las bandas organizadas para delinquir. Con el consiguiente sufrimiento de la población. Sin embargo, los programas clientelares han mostrado su beneficio al otorgarle otro periodo de gobierno al partido de AMLO, como colofón, se promulga una reforma a la ley mediante la cual la población va a elegir magistrados del sistema de justicia.
Como es de esperar, y sopesando los programas clientelares puestos en marcha por López Obrador, serán elegidos los propuestos por el ejecutivo, rompiendo la natural independencia de poderes que debe equilibrar su sistema democrático.
Paralelamente, Bernardo Arévalo presiona públicamente y por intermedio de los rufianes enviados por Almagro, la selección de sus serafines para mantener el control del sistema de justicia guatemalteco y de esa manera iniciar el camino para defenestrar a la Dra Consuelo Porras. La principal culpa, que la llevará a entregar el cargo, es la espantosa lenidad con que ha manejado la ensarta de delitos cometidos por Arévalo antes, durante y después de las elecciones.
Los guatemaltecos principiamos a decepcionarnos de lo que, en un principio, fue la esperanza de poner un alto a la abusiva intervención extranjera, la complicidad de los Magistrados del Tribunal Supremo Electoral en un fraude descarado Registrador de Ciudadanos incluido y el ilegal comportamiento de los diputados al elegir una Junta Directiva bajo fraude de ley que dio posesión al nuevo presidente.
Eso solo deja un mensaje, el totalitarismo está a las puertas tanto en el vecino país, como -por otros medios- en nuestra Patria Guatemala.
Arévalo ha venido preparando el andamiaje para perpetuar en el poder, no su partido, porque ya no existe legalmente, pero sí su sistema totalitario, mantenido con una máscara de “democracia” sustentada en las comunidades empoderadas mediante dádivas, compra de líderes y ofertas de tierras que tarde o temprano podrían degenerar en una guerra civil.
Pero que le importa a este uruguayo, sí su pasaporte está vigente para largarse a su patria natal en cuanto la anarquía, que ya está hechando raíces, convierta nuestras calles en un campo de batalla.