Más de Q25 millones al año: el costo de una Selección que vuelve a quedar fuera del Mundial
La Selección vuelve a quedarse sin Mundial, pero el gasto desproporcionado y opaco se mantiene intacto. Mientras la afición exige respuestas, la pregunta central permanece sin resolver: ¿vale la pena seguir destinando más de Q25 millones al año a una estructura que no devuelve resultados?
Redacción
La derrota ante Panamá y la victoria con sabor agridulce contra Surinam volvieron a dejar a Guatemala fuera de toda ruta mundialista y reactivaron un debate más profundo que el resultado en la cancha: el costo de mantener a la Selección Mayor en comparación con sus resultados y con las prioridades reales del país.
La indignación en redes sociales retomó una cifra que circula cada ciclo eliminatorio: el gasto anual aproximado que implica sostener el proyecto de la Azul y Blanco, desde su cuerpo técnico hasta la logística de cada convocatoria.
Aunque los informes públicos de la FEDEFUT no detallan un rubro único que consolide “gasto por Selección Mayor”, las transferencias corrientes, la operación institucional y los costos de giras, viáticos, boletos aéreos, salarios técnicos, amistosos y concentraciones permiten una estimación razonable que supera los Q20 millones anuales.
El funcionamiento de toda la estructura de Selecciones Nacionales ronda o supera los Q25 millones al año. Se trata de un cálculo basado en los estados financieros auditados, que reportan ingresos y egresos institucionales superiores a los Q40 millones anuales, parte de los cuales se destinan a categorías menores y actividades administrativas, pero cuya proporción para la Selección Mayor sigue siendo la más alta del organigrama.

El salario de Tena: una señal del desequilibrio
En el centro del análisis aparece la figura del técnico mexicano Luis Fernando Tena, quien dirige el proceso más caro en la historia del fútbol guatemalteco. Según información pública, Tena recibe Q337,150 mensuales, lo que equivale a más de Q4.5 millones al año. En cuatro años, el costo acumulado del entrenador supera fácilmente los Q18 millones, una cifra que contrasta con la ausencia de resultados concretos en eliminatorias mundialistas.
Este salario coloca a Tena como el segundo técnico mejor pagado de Centroamérica, a pesar de que Guatemala no ha logrado romper el techo competitivo de la región. Para muchos aficionados, la pregunta no es solo deportiva, sino estructural: ¿por qué un país sin clasificación mundialista invierte como uno que sí lo hace?

El costo de mantener al plantel
El gasto no termina en el cuerpo técnico. Los jugadores convocados durante fechas FIFA tienen sueldos que, dependiendo del club, oscilan entre Q40,000 y Q120,000 mensuales, además de bonos, viáticos y compensaciones por concentración. Una ventana FIFA de 22 jugadores puede costar entre Q600,000 y Q1.4 millones solo en remuneraciones directas, sin incluir boletos aéreos ni hospedajes.

Además, cada viaje internacional, tanto para partidos oficiales como amistosos requiere boletos para equipo, personal médico, utileros, analistas y directivos, anillos de seguridad, noches de hotel, alimentación y alquileres de cancha. Una sola gira puede representar entre Q1 millón y Q3 millones, dependiendo de la sede.
Mientras tanto, otros deportes sobreviven con migajas
El contraste es brutal. Guatemala invierte millones en un deporte que rara vez supera fase de grupos en torneos regionales, mientras las disciplinas que sí han dado medallas al país funcionan en precariedad:
Marcha atlética, que entregó la primera medalla olímpica del país.
Tiro deportivo, con las primeras medallas de oro y bronce en Juegos Olímpicos. Además de medallas en panamericanos y mundiales.
Pentatlón moderno, con atletas que financian equipo y giras de su propio bolsillo.
Gimnasia, judo, atletismo, natación y remo, con presupuestos inferiores a los de un solo microciclo de Selección.
Muchas de estas federaciones operan con presupuestos anuales de menos de Q2 millones, una cifra ridícula comparada con lo que cuesta una sola concentración de la Azul y Blanco.

El país que invierte donde menos resultados obtiene
Guatemala destina decenas de millones al fútbol sin un plan serio de formación, sin infraestructura renovada y sin rendición de cuentas clara, mientras que las áreas que verdaderamente pueden transformar al país como educación, arte, cultura y deporte siguen relegadas.
En ese contexto, la inversión en fútbol parece menos una estrategia deportiva que un reflejo de prioridades distorsionadas: mucho dinero donde hay menos resultados, casi nada donde Guatemala podría destacar.









