Manuel Rocha y las contradicciones del gobierno norteamericano en el mundo
Manuel Rocha y las contradicciones del gobierno norteamericano en el mundo
Por Julio Abdel Aziz Valdez
El exembajador de Estados Unidos en Bolivia es capturado en Miami acusado de espiar para el gobierno cubano desde hace 40 años. Así como se lee, durante 4 décadas el señor estuvo dando información sensible para aquel gobierno que una vez aceptó tener misiles nucleares soviéticos dirigidos al gigante del Norte.
Esto es un escándalo, no cabe la menor duda, habla terriblemente mal de la estructura del servicio exterior norteamericano y de cómo sigue vigente el conflicto entre esas dos naciones. Pero en lo que nos concierne a los guatemaltecos, hay algunas consideraciones importantes a realizar para aprender de este hecho, que a mí en lo particular me ocasiona risa, no solo porque un pequeño estado detenido en los sesenta fue el que pudo hacer esto, sino porque nos han mostrado que el monstruo sangra. Pero veamos:
- Lo interesante del caso Rocha es que para mantenerse fuera del foco de atención, sus acciones como diplomático fueron de mano dura, exactamente la misma que hoy está siendo usada contra Guatemala, con amenazas de sanciones económicas y discursos rimbombantes sobre lo que debería ser la democracia, expresadas por funcionarios de un gobierno genocida. En fin, la pregunta es ¿Cuánto de esos discursos amenazantes en realidad están dirigidos a terceras personas? ¿Qué tanto un diplomático puede separar su criterio, del criterio de su misión institucional? Y es que en la historia de los embajadores y otros funcionarios norteamericanos en Guatemala ha habido muchos que evidentemente disfrutan del intervencionismo y otros, que simplemente hacen lo que tienen que hacer.
- Ciertamente, Rocha demostró, en el transcurso de la investigación, que era un convencido de la causa comunista, por lo tanto, sus motivaciones eran sobre todo ideológicas. Lo que falta comprobar y lo más seguro, es que recibía dinero del gobierno cubano. ¿Por qué es importante señalar esto? Pues bien, no es la primera vez que este tipo de funcionarios es atrapado. No uno de este nivel, pero siempre hay dinero de por medio. Conociendo los niveles de ingresos de estos personajes de alto nivel, la conclusión primaria es que a pesar de no tener necesidad en cuanto a completar un ingreso, es obvia la motivación de querer mejorarlo, la ambición desmedida. Ahora me pregunto ¿Cuántos funcionarios norteamericanos estarán trabajando para otras naciones e incluso para el crimen organizado, léase el narco? Total, todos ellos tienen suficiente dinero para comprar a esos que son presentados como el epítome de la rectitud. ¿Cuánto dinero hay detrás de esas rimbombantes declaraciones a favor de la democracia?
Podríamos tomar solo este caso, del total de cientos si no miles de otros, para hablar de la CORRUPCIÓN a lo interno del aparato estatal norteamericano y con ello dar por terminada esta opinión. Sin embargo, esto va más allá. Estamos frente a un caso enorme de fraude ideológico, o sea, de cómo estos funcionarios dicen una cosa y detrás hacen otra. Veamos otra vez el caso de Guatemala, con el ex embajador Stephen McFarland, que por razones económicas, debo imaginar, queda enganchado a Guatemala y de un tiempo acá se ha convertido en adalid de la izquierda pequeño burguesa con ansias totalitarias. Eso se debe en principio a que es gringo, lo cual para muchos es suficiente, pero aún peor porque suponen que es “experto” ¿en qué? pues en hacer lobby, lo mismo que hizo Rocha para que el gobierno norteamericano ablandara las sanciones contra la dictadura cubana o como lo hace Norma Torres, para castigar a gobiernos centroamericanos.
Se confirma que la narrativa de izquierda ha penetrado a los diferentes estamentos de la administración norteamericana, entiendo ahora las justificaciones ideológicas para supuestos envíos de dinero para fomentar bloqueos y/o mantener organizaciones etnoclasistas integristas. Tal como como alguna vez lo hicieron apoyando a los talibanes contra la invasión soviética en Afganistán.