Los secretos del CNB: una guía para ideologizar y sexualizar a los niños, desde el Estado
Investigación de Guate Libre, asociación cívica que autorizó su publicación en este medio digital. Un informe detallado sobre cómo el Estado guatemalteco ideologiza a los infantes a través del Currículo Nacional Base, elaborado por el Ministerio de Educación y docentes.
La educación es una de las herramientas más poderosas para moldear el pensamiento y los valores de una sociedad. Por ello, lo que se enseña en las aulas nunca es una decisión meramente técnica, sino profundamente política. En Guatemala, el Currículo Nacional Base (CNB) —el documento que define los contenidos mínimos en todos los niveles educativos— ha sido reformado en múltiples ocasiones bajo la influencia directa de organismos internacionales y agencias extranjeras como USAID, que promueven una visión ajena a los valores culturales y éticos de la mayoría de guatemaltecos. Lejos de garantizar el derecho a una educación de calidad, el CNB se ha convertido en un canal para introducir conceptos y visiones foráneas, particularmente en temas como sexualidad, familia, género y derechos humanos. Esto no es una especulación: el propio sitio oficial del CNB reconoce su alineación con la Agenda Educativa 2030, impulsada por organismos multilaterales que promueven una transformación cultural desde el aula. Uno de los pilares de esta agenda es la Educación Sexual Integral (ESI), que más que informar, pretende reconfigurar desde temprana edad la manera en que los niños entienden su identidad, sus relaciones y su rol en la sociedad.
Ahora Bien, el rol de agencias como USAID ha sido clave en este proceso. A través del financiamiento de materiales educativos, capacitaciones y programas piloto, USAID ha impulsado enfoques que muchas veces contradicen frontalmente las convicciones de las familias guatemaltecas. Esta injerencia no es menor, ya que afecta directamente lo que se enseña en las escuelas —incluso en instituciones privadas— pues están obligadas a basarse en el CNB. Esto no es una sugerencia, sino una obligación, pues todas las escuelas públicas y también los colegios privados deben ajustar su enseñanza al CNB. No importa su ideario institucional, su enfoque pedagógico o sus convicciones religiosas; están sujetas a un currículo oficial que se impone desde el Ministerio de Educación. Esto reduce drásticamente el margen de libertad educativa y deja sin alternativas a quienes desean formar a sus hijos conforme a sus principios. Esto nos lleva al problema de fondo: el monopolio estatal de la educación. Cuando el Estado —en alianza con intereses extranjeros— se arroga el poder exclusivo de definir lo que deben aprender todos los niños del país, impone una única visión del mundo.
Si bien USAID ha jugado un papel clave en la promoción de enfoques ideológicos dentro del sistema educativo guatemalteco, es importante subrayar que el propio Currículo Nacional Base (CNB) ha adoptado muchos de los marcos y enfoques de la Agenda 2030, no necesariamente vinculados a programas de USAID. Esto evidencia que dicho contenido ideológicos en la educación guatemalteca no es únicamente impuesta desde fuera, sino que también ha sido asimilada y promovida desde dentro del sistema educativo nacional.
El CNB no sólo centraliza la enseñanza, sino que también blinda legalmente contenidos ideológicos. En otras palabras, si un maestro decide implementar ampliamente programas sobre identidad de género, diversidad sexual o deconstrucción familiar, lo puede hacer con respaldo oficial, sin que los padres tengan mecanismos efectivos para oponerse.
Esta asimetría de poder entre el Estado — junto con sus aliados internacionales— y las familias guatemaltecas es profundamente alarmante. Los padres quedan desprotegidos ante una maquinaria educativa que promueve valores ajenos, mientras que los docentes cuentan con carta blanca para adoctrinar, siempre y cuando lo hagan bajo el amparo del CNB. Por ello, no basta con señalar contenidos polémicos. Es urgente cuestionar el modelo mismo; una educación centralizada, controlada por el Estado y financiada en parte por agendas internacionales, no es una educación libre. Es un sistema de adoctrinamiento que socava la soberanía cultural del país y el derecho primario de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones.
Si Guatemala desea una educación de calidad y libre, es imprescindible avanzar hacia un sistema descentralizado, que reconozca el derecho de las familias a elegir el tipo de formación que desean para sus hijos. Solo así se podrá garantizar una educación que eduque, no que adoctrine.


La educación, en su esencia más pura, es una responsabilidad moral y práctica que recae sobre las familias, no sobre el Estado. Sin embargo, la centralización educativa se ha convertido en un instrumento para imponer agendas ideológicas,
debilitar la autodeterminación de las comunidades y desmantelar la libertad individual. En lugar de cumplir con su función formativa, el Estado ha convertido a las escuelas públicas en medios de adoctrinamiento político, ideológico y moral. Así, Guatemala no es ajena a esta problemática, especialmente al observar el contenido del propio Currículo Nacional Base (CNB).
El CNB constituye el marco oficial que define lo que deben enseñar los docentes en los distintos niveles del sistema educativo guatemalteco. En la práctica, este instrumento se ha transformado en un vehículo de adoctrinamiento. Resulta particularmente preocupante la profunda injerencia de agencias internacionales, como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que ha financiado, diseñado y promovido materiales curriculares hoy integrados al CNB. Se busca entonces evidenciar la incorporación de contenidos sexualmente
explícitos e ideológicos a la educación pública de Guatemala, por medio de materiales impulsados y financiados por USAID. Esta información reviste especial relevancia para Guatemala, ya que dichos contenidos no solo han sido introducidos, sino oficialmente integrados al Currículo Nacional Base (CNB), afectando tanto a escuelas públicas como privadas. Es por ello que la educación, aunque sea privada, siempre está controlada por el Estado y no es libre.
Rol de USAID en la educación en Guatemala
USAID implementó en su momento diversos proyectos educativos en Guatemala, entre ellos el programa Leer y Aprender (2014-2019) que se acoplo al sitio web oficial del CNB que sigue vigente. El proyecto es ejecutado por Juárez & Asociados, Inc. como contratista principal, junto a Plan Internacional y Child Fund, como subcontratistas. A través de esta iniciativa, se han creado y financiado guías, módulos y materiales pedagógicos los cuales fueron oficialmente adoptados por el Currículo Nacional Base (CNB). En 2014, la ministra de Educación era Cynthia del Águila, con antecedentes ligados a proyectos de USAID. También trabajó en ASIES y en la Universidad del Valle de Guatemala. El director del proyecto leer y aprender de USAID, Fernando Rubio, era a su vez el director de proyectos en la empresa contratista Juárez & Asociados, también trabajó en la Universidad del Valle de Guatemala.
Sin embargo, varios de los documentos generados en este contexto han suscitado serias preocupaciones debido a su contenido sexual explícito y su carga ideológica. A continuación, se exponen algunos de los materiales más representativos:
1. Jóvenes por la igualdad: Guía práctica de masculinidades alternativas
Esta guía redefine el concepto de género, presentándolo como una construcción social desvinculada del sexo biológico. Además, introduce nociones como «masculinidades alternativas», diversidad sexual y orientación sexual fluida. Se afirma, que resulta complicado encontrar una definición positiva de lo que significa «hombre» y se sostiene, que para justificar los privilegios obtenidos al nacer, los hombres deben reafirmar constantemente su diferencia respecto a las mujeres.
Según el documento, la masculinidad tradicional se construye sobre una “triple negación”: no ser mujer, no ser homosexual y no ser un niño. Esta perspectiva presenta la identidad masculina como un constructo opresivo que, inevitablemente, deriva en misoginia, homofobia y desprecio por la vulnerabilidad.
En lugar de fomentar una visión equilibrada y positiva de la masculinidad –que incluya valores como la responsabilidad, el liderazgo o la protección– el texto transmite a los jóvenes una percepción de culpa y desconfianza hacia su identidad masculina. Esta aproximación, lejos de promover la reflexión crítica, parece conducir a una desvalorización sistemática del rol masculino tradicional, sin ofrecer una alternativa clara ni constructiva.
En el apartado 6 del Tema 2, titulado “Un hombre más completo”, de la Guía práctica de masculinidades alternativas, dice que “las características que permiten
definir qué es ser hombre son aprendidas y no son innatas, biológicas o naturales”. En esta afirmación se encuentra uno de los aspectos más centrales del feminismo de género y de la teoría queer: que la identidad masculina es completamente construida por la sociedad y, por tanto, es una construcción sintética, de construible, redefinible, negando toda asignación biológica.
Jóvenes por la igualdad: Guía práctica de masculinidades alternativas
http://www.usaidlea.org/images/Masculinidades_alternativas_2019_F.pdf
Link CNB:



2. Módulo 2: Conceptos básicos sobre género
Este módulo incluye un glosario que aborda términos como transgénero, transexual, travesti, intersexo, homofobia, patriarcado y empoderamiento. Además, presenta al movimiento LGBTI como una lucha social legítima y necesaria, e incorpora una perspectiva feminista en el tratamiento de los contenidos.
Particular atención merece la inclusión como lectura de referencia de la obra El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. En ella se destaca la célebre frase: “No se nace mujer, se llega a serlo”, que adquiere un protagonismo considerable dentro del módulo. Esta obra, más que una exposición neutral sobre la historia del feminismo, constituye uno de los pilares del pensamiento feminista radical. Cabe señalar que en 1977, Simone de Beauvoir firmó, junto a Michel Foucault, Jean-Paul Sartre y otros intelectuales franceses, una carta pública publicada en Le Monde en la que se pedia la despenalización de las relaciones sexuales entre adultos y menores. El manifiesto criticaba las leyes francesas que penalizan todo acto sexual con menores de 15 años, incluso cuando existiera “consentimiento”. Este antecedente plantea serias dudas sobre la idoneidad de promover esta obra como referente pedagógico en el contexto escolar guatemalteco.
Otra de las actividades del Módulo 2 del CNB, “Mi primer beso”, está pensada para poder iniciar el tema de género y sexualidad a partir de la vivencia de los alumnos. En esta actividad, deberán trabajar en parejas y compartir cómo fue su primer beso: con quién, en qué circunstancias, si les gustó o no, cómo se sintieron, etcétera. Posteriormente se invita a responder preguntas del estilo de “¿Sabías mucho o poco de sexualidad cuando diste tu primer beso?” y “¿Habías recibido educación integral en sexualidad?”. Este tipo de dinámicas, obliga a recordar y verbalizar situaciones íntimas que pueden llevar consigo confusión, vulnerabilidad o presión social, sobre todo en un contexto grupal.
Módulo 2: Conceptos básicos sobre género http://www.usaidlea.org/images/MODULO_2_CONCEPTOS_BASICOS_SOBRE_GENER





3. Módulo 5: Salud sexual y reproductiva
Este módulo incorpora contenidos y actividades que resultan sumamente discutibles desde una perspectiva pedagógica y ética. Una de las primeras afirmaciones del módulo presenta la masturbación como una práctica saludable desde una edad temprana, promoviendo su normalización en el ámbito educativo. A partir de esta premisa, se invita a los estudiantes a compartir sus experiencias, fantasías sexuales y las emociones relacionadas con su sexualidad. La definición incluida en el material describe la masturbación como “las caricias que un hombre o mujer realizan, utilizando principalmente las manos, con el propósito de sentir placer e incluso llegar al orgasmo”. Esta formulación, expuesta sin advertencias de edad ni contextualización adecuada, resulta sumamente inapropiada por introducir nociones íntimas de forma explícita, normalizada e institucional. Esto vulnera el derecho de los padres a decidir el momento y la forma en que estos temas deben abordarse.
Ahora bien, una de las actividades propuestas, denominada “Fotos que cuentan historias”, solicita a los alumnos observar imágenes que reflejan distintas expresiones de la diversidad sexual, tales como “dos hombres besándose”, “dos mujeres casándose”, “una mujer trans”, y “niños con sus dos madres o dos padres”. A partir de estas imágenes, los estudiantes deben crear una historia que explore “cómo ha sido su vida y cómo ha sido su vida sexual”. Esta dinámica expone a los adolescentes a un ejercicio introspectivo forzado sobre aspectos profundamente íntimos, a partir de estímulos visuales que no consideran ni su madurez emocional ni el consentimiento familiar. Además, homologa como equivalentes todas las categorías de relaciones y estructuras familiares, consolidando una concepción ideológica de la diversidad, sin margen para la crítica o el discernimiento.
Una segunda actividad, titulada “Pensamientos, sentimientos, discursos y prácticas”, requiere que los alumnos –en grupos mixtos o del mismo sexo– construyan siluetas humanas y anoten, en diferentes partes de cuerpo, respuestas a preguntas como:
“¿Qué es lo que más les importa de la sexualidad?”, “¿Qué fantasías tienen?”, “¿Con quién sueñan?”, “¿Qué ideas les vienen a la mente cuando piensan en sexualidad?”, “¿Qué sienten sobre esa vivencia?”, “¿Qué acciones realizan vinculadas con la sexualidad?”, “¿Qué errores o ‘metidas de pata’ ha debido sufrir en el ejercicio de la sexualidad?”. También se les solicita identificar emociones como miedos, dudas, afectos y deseos, así como elaborar una lista de actividades sexuales.
Estas dinámicas traspasan los límites a la intimidad, la edad y el desarrollo emocional de los estudiantes, sometiéndolos a una exposición psicológica y sexual inadecuada. Además, traspasa los límites del respeto hacia la inocencia infantil, exponiéndolos a una sexualización prematura y negándoles la posibilidad de desarrollarse en una modalidad alternativa. Lejos de fomentar una educación integral, estas propuestas institucionalizan la sexualidad infantil desde una visión ideológica, marginando el rol de los padres como primeros y principales educadores en este ámbito.
Además de las actividades de reflexión personal, el módulo incluye una sección dedicada a los “derechos sexuales y reproductivos”, definidos como parte de los derechos humanos y respaldados por compromisos nacionales e internacionales. En este marco, se normaliza la idea de que un Estado debe garantizar el acceso a la salud sexual, la planificación familiar y la educación sexual integral. Esta concepción ideológica desplaza la sexualidad del ámbito privado y familiar hacia una esfera estatal, presentándola como un derecho autónomo desde la infancia y adolescencia. Con ello, se posiciona al Estado por encima de los padres en lo que respecta a la educación sexual, vulnerando su derecho a formar a sus hijos conforme a sus valores y convicciones.
Modulo 5: Salud sexual y reproductiva
http://www.usaidlea.org/images/Modulo_5.pdf





4. Guía para la integración del enfoque de género en textos y materiales educativos
Esta guía tiene como objetivo establecer lineamientos para asegurar que todos los materiales educativos incorporen el llamado “enfoque de género”. Lejos de limitarse a una revisión neutral o técnica, esta guía se presenta como una herramienta para transformar los contenidos escolares conforme a una visión ideológica específica, que cuestiona abiertamente los roles tradicionales de hombres y mujeres.
Entre los elementos más destacados se encuentra un instrumento de evaluación que califica si los libros de texto y materiales educativos incluyen ilustraciones y contenidos con hombres desempeñando tareas domésticas, ejerciendo profesiones no tradicionales como “enfermero” o “secretario”, o mostrando características como ternura y sensibilidad.
Aunque en principio parecería positivo que se reconozca la libertad de cada persona para desarrollarse según sus talentos y preferencias, el enfoque de la guía promueve una relectura crítica y sistemática de los roles tradicionales, presentándolos como esencialmente opresivos o indeseables. Así, el papel de una madre en el hogar o de un padre proveedor es desplazado por modelos “nuevos” que, paradójicamente, imponen su propia visión sobre lo que debe considerarse aceptable.
El problema no radica en permitir que una mujer quiera ser ingeniera o que un hombre se dedique al hogar –lo cual es legítimo y debe respetarse–, sino en transmitir, desde una perspectiva institucional y obligatoria, que los roles tradicionalmente asumidos por hombres y mujeres son socialmente construidos y, por lo tanto, deben ser superados. La verdadera libertad no consiste en rechazar lo tradicional por sistema, sino en que cada persona pueda elegir su camino, sin que el Estado le diga que un rol es preferible a otro.
A través del lenguaje, también se impone un cambio cultural. La guía promueve el uso sistemático de lenguaje inclusivo, como “alumnado” en lugar de “alumnos”, el uso de formas, “los y las estudiantes», e incluso sugiere la eliminación de expresiones comunes que considera estereotipadas. Este enfoque no sólo altera la naturalidad del idioma, sino que obliga a reescribir contenidos según los criterios de una ideología particular sobre cómo deben hablarse y entenderse las diferencias entre los sexos.
Uno de los aspectos promovidos en esta guía es la inclusión explícita del papel de las mujeres en la historia, la cultura y la ciencia, lo cual, en principio, representa una buena oportunidad. Sin embargo, en la práctica, esta reivindicación suele estar acompañada por una selección tendenciosa de figuras femeninas que no sólo carecen de consenso social, sino que en algunos casos representan posturas políticas e ideológicas que han generado controversia en la historia reciente del país. Por ejemplo, junto a científicas y educadoras reconocidas, se incluye a activistas y personajes fuertemente ideologizados que han polarizado a la sociedad guatemalteca. Esta selección parcial, lejos de fomentar un diálogo respetuoso, corre el riesgo de instrumentalizar la historia y la educación con fines formativos alineados a agendas externas.
Así, esta guía no se limita a promover el respeto y la igualdad, sino que busca rediseñar los materiales escolares como instrumentos de reingeniería social, eliminando cualquier referencia que no se alinee con una visión específica de género. Entonces, lo que debiera ser una educación abierta y respetuosa, termina siendo un proceso uniforme de “corrección” cultural, que en lugar de ampliar la libertad educativa, impone nuevos dogmas, ahora bajo el sello de lo “inclusivo” y “no sexista”.
Guía para la integración del enfoque de género en textos y materiales educativos
http://www.usaidlea.org/images/Gu_a_integraci_n_de_g_nero_en_materiales-bn-.pdf





Conclusión
El análisis del Currículo Nacional Base revela que, lejos de ser un documento pedagógico neutral, constituye una herramienta ideológica que responde a intereses foráneos y modelos globalistas. Bajo el discurso de la inclusión y los derechos humanos, se han introducido conceptos de género, diversidad sexual y salud reproductiva que desdibujan los valores tradicionales, la autoridad de los padres y el derecho a la libertad educativa.
La injerencia de organismos internacionales como USAID en la educación nacional, especialmente a través de materiales supuestamente “científicos”, pone en evidencia una estrategia sistemática de adoctrinamiento. En lugar de fomentar un pensamiento crítico y respetuoso de las distintas cosmovisiones, el CNB se erige como un instrumento de homogeneización cultural. Esta investigación propone la urgente necesidad cuestionar el CNB, rescatando el derecho de las familias a decidir sobre la formación de sus hijos, promoviendo el respeto a los valores propios de nuestra sociedad y de la libertad. Los padres no pueden —ni deben— delegar al Estado la responsabilidad de formar a sus hijos. Esto aplica especialmente en temas tan delicados como la sexualidad. Por eso, este es también un llamado urgente a los padres de familia: ser vigilantes en la formación de sus hijos, en todos los aspectos.