Los narcos y sus gobiernos amigos
Hermann Tertsch
No es casual que este gobierno desmantelara la unidad especial antidroga de la Guardia Civil en la costa gaditana. Ni que las seis patrulleras de la Guardia Civil en esa costa estén inservibles. Ni que los narcos, como los separatistas y terroristas, hayan acabado ya con toda autoridad del Estado en ciertas partes de España. Es un modelo de toma criminal del Estado que se está produciendo en el país muy similar al que hay en países gobernados por el narcocomunismo.
No fue casual que Evo Morales y Rafael Correa desmantelaran sus unidades antidroga y echaran a la DEA de Bolivia y Ecuador en su día.
No es casual que Gustavo Petro haya suspendido toda lucha antidroga y negocie con las bandas narcotraficantes del ELN, FARC, el Cartel del Golfo y otros un reparto territorial para apoyo mutuo.
No lo es que López Obrador en México tenga ese reparto territorial y competencial con los cárteles que hace imbatible al Morena.
No es casual que se estén multiplicando en América, en España y en África las superficies de cultivos de la coca y el cannabis.
No es casual que Venezuela, ya el absoluto narcoestado, sea además la colosal plataforma militarizada de transporte y distribución mundial de las drogas de la región con sus aliados colombianos.
Ni es casual que Brasil ya esté otra vez en primera línea e integrado en las estructuras políticas, pero también criminales, con la llegada de Lula al poder.
Las multinacionales del narcocomunismo del Foro de São Paulo y el Cartel de Puebla y sus colaboradores africanos han diversificado sus negocios. Junto al inmenso comercio de drogas en permanente aumento, también con el fentanilo, están en el tráfico humano de inmigración ilegal, de menores y de prostitución, más allá de su inmensa trama de negocios legales que les ayudan a gestionar los ilegales.
España es la cabeza de puente para Europa de ese colosal negocio. Siempre quisieron las internacionales del crimen, que han comprado en la práctica toda la izquierda iberoamericana, tener en España un poder colaborador y amable.
No es casual que Zapatero sea un gran coordinar de la cooperación entre todos estos países y España también con Irán y con China.
Hoy todos ellos ya tienen mucho más de lo que soñaban cuando Chávez y Casto fundaron el foro São Paulo. Ya tienen un gobierno que es el mejor socio.
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*Publicada el 10 de febrero en La Gaceta de la Iberosfera.