Los 27 testan su apetito por la ‘carne de laboratorio’ y su encaje en la tradición alimentaria europea
Bruselas ve la innovación alimentaria como complemento para reducir emisiones.
Por DPA/EP
Los Veintisiete testarán este lunes su apetito por la ‘carne de laboratorio’, un término que engloba las alternativas vegetales a la carne animal, y debatirán su encaje en las tradiciones alimentarias europeas, divididos entre los países que buscan prohibir su comercialización por considerarla una amenaza para su sector agroganadero y aquellos que defienden las opciones para el consumidor.
La presidencia húngara del Consejo ha querido incluir esta discusión informal en la primera reunión de ministros de Agricultura que organiza durante su semestre, una decisión que fuentes diplomáticas califican de «oportunista», ya que consideran que responde al interés de Budapest de reproducir la ley italiana que ya prohíbe la comercialización de estos productos.
Las mismas fuentes explican que la posición del Consejo está dividida, pues algunas capitales rechazan tajantemente el desarrollo de la ‘carne de laboratorio’, mientras que «la mayoría» apoya la necesidad de establecer un etiquetado «adecuado» que permita a los consumidores tomar decisiones informadas.
La posición que defiende España, que cuenta con una cabaña ganadera «muy potente», es la de promocionar alimentos con calidad diferenciada como es el caso de productos como la carne, la leche o los huevos y, en ese sentido, está a favor de mantener una agricultura tradicional vinculada al territorio.
No obstante, fuentes diplomáticas aseguran que la delegación no se cierra a que exista un abanico de opciones más amplio para el consumidor si las quiere utilizar, aunque reiteran que debe contar con un etiquetado, seguimiento y control «adecuados» para garantizar la seguridad alimentaria.
En una posición más rígida se sitúan otros países como Italia, el primer Estado miembro que ha prohibido la carne cultivada en laboratorio para proteger su industria ganadera y cuya estela quieren seguir otros como Hungría en el ámbito nacional ante el «poco nutrido» debate legislativo a nivel europeo.
Complemento al sistema alimentario tradicional
«Los consumidores europeos siempre serán libres de decidir lo que comen. Nuestras normas de seguridad alimentaria garantizan que cuando un consumidor europeo opta por un nuevo alimento, éste no supone ninguna amenaza para la salud humana y medioambiental», ha señalado un portavoz de la Comisión Europea consultado por Europa Press.
Los denominados «nuevos alimentos» están sujetos a un reglamento europeo específico que garantiza un elevado nivel de protección de la salud y desempeña un papel como impulsor de la innovación en los alimentos, aunque desde el Ejecutivo comunitario señalan que hasta la fecha, no se ha recibido ninguna solicitud de autorización de carne de cultivo para los mercados europeos.
«Es importante señalar que la innovación en tecnología alimentaria podría ser un complemento potencial a la carne producida tradicionalmente, en un contexto de escasez de recursos naturales y de creciente demanda de productos sostenibles», ha agregado el portavoz.
Por ello, ha indicado que la UE sigue apoyando la investigación sobre alimentos de origen celular, ya que es una de las tecnologías innovadoras que podrían reducir la huella ecológica de la producción de alimentos y aumentar la sostenibilidad y resistencia de los sistemas alimentarios.
De hecho, una de las áreas clave de la investigación financiada por la UE está relacionada con el aumento de la disponibilidad y la fuente de proteínas alternativas, como las de origen vegetal, microbiano, marino y de insectos.